Teresa Forcades habla sobre el matrimonio igualitario
Matrimonio homosexual y Trinidad
Tras asegurar que el matrimonio homosexual no es contradictorio con la teología, Teresa Forcades explica su visión del sacramento del matrinonio: “Respecto al matrimonio cristiano como sacramento, algunas personas consideran el punto capital de esa unión la complementariedad. Sin embargo, si decimos que es sacramento será porque es signo de algo, que es el amor de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu y esos tres no se complementan para nada. El Padre no le dice al Hijo “eres lo que me falta”. Esto no va así en la trinidad: el Padre le ama gratuitamente -no porque le falte nada- y esto es lo esencial de este amor”.
Asegura además que “lo esencial de ese amor sacramental, matrimonial cristiano, de pareja, como quieras llamarlo, es esa capacidad de reconocer en el otro a un tú irreductible y de tratarlo con respeto, para ser libertad humana, con que se tratan Padre, Hijo y Espíritu Santo”.
El día que acabó la crisis
Cuando termine la recesión habremos perdido 30 años en derechos y salarios
CONCHA CABALLERO
Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.
Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes : hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto;cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, ENTONCES LA CRISIS HABRÁ TERMINADO.
Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se comprey no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, ENTONCES SE HABRÁ ACABADO LA CRISIS.
Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, ENTONCES NOS ANUNCIARÁN QUE LA CRISIS HA TERMINADO.
Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque , bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.
Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.
De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida.Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.
Miércoles 3 de abril de 2013| por EFE - foto: alexlib.com
Las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta recibieron en
su convento de Miami una notificación del Ayuntamiento (municipio) de
la ciudad donde se les advierte de que es ilegal alimentar a los pobres
sin un ermiso oficial.
El documento, que tiene fecha del 20 de marzo pero sólo se conoció este miércoles al ser publicado por el periódico El Nuevo Herald,
señala que la operación de un "negocio" sin las licencias requeridas
está fuera de la ley estatal y local y que si siguen, pueden ser
sancionadas con una multa de hasta 100 dólares por día y hasta ser
embargada la propiedad.
En
el comedor de las Misioneras de la Caridad, situado en las
inmediaciones del hospital Jackson Memorial y la sede de la Universidad
de Miami, las misioneras dan alimento a unas 300 personas a diario.
"Nosotras
no estamos operando un negocio. Nuestro negocio es hacer el bien",
aseguró al periódico la superiora del convento, la hermana Lima Marie.
"¿Qué
estamos violando?", se pregunta la monja, quien recuerda que la "única
misión" de esta congregación religiosa católica establecida en 1950 para
ayudar a los más pobres entre los pobres es "saciar la sed de Jesús en
la Cruz mediante el trabajo por la salvación y santificación del alma".
La orden fundada por Sor Teresa de Calcuta tiene 710 centros repartidos por más de 133 países.
Autoridades de Miami pudieran multar a monjas por alimentar a pobres
ABRIL 3, 2013
Washington,
3 abr.- Las autoridades de Miami enfrentan hoy a las Misioneras de la
Caridad, orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta, por alimentar
diariamente a unas 300 personas pobres.
Esa
congregación recibió en su convento de Miami una notificación del
Ayuntamiento para advertirles de que es ilegal alimentar a los pobres
sin un permiso oficial.
Fechada el 20 de marzo, la notificación se hizo pública este miércoles, cuando un diario local la insertó íntegramente.
La nota insiste en que se trata de un negocio sin las licencias
requeridas y por lo tanto es ilegal bajo la ley estatal y local. Tal
reporte refleja esa ayuda como negocio y advierte la posibilidad de una
multa de hasta 100 dólares diariamente.
El convento
encartado se encuentra cercano al hospital Jackson Memorial y a la
Universidad de Miami, un lugar donde las misioneras alimentan a diario a
unas 300 personas desamparadas.
Algunas voces
de esa congregación, como la de la madre superiora Lima Marie, se
mostraron preocupadas por no tratarse en lo absoluto de un negocio, sino
una ayuda a los necesitados.
Insistieron en
que no violan ley alguna, pues su única misión es ayudar a los más
pobres, sobre todo a saciar la sed y el hambre.
Este convento religioso católico fue establecido en 1950 precisamente
con la finalidad de ayudar a los necesitados. La orden cuenta con 710
centros de este tipo distribuidos en unos 133 países.
Las tareas de esas monjas son ahora rechazadas solo por el Ayuntamiento
de Miami, mientras en el resto de sus sedes continúan las labores
benéficas sin dificultad. (PL)
Un espacio para recrear lo sagrado y lo profano con ojos de mujer. Somos un grupo ecuménico en búsqueda de la justicia e igualdad.
Creo en Dios Madre Todopoderosa
¿Podría el Credo de nuestra fe empezar así?. Yo creo que sí, ¿acaso no es tan válido decir Dios Padre como Dios Madre?. Tanto padre como madre son metáforas, y usar siempre metáforas masculinas como padre, rey, señor, hace que finalmente estas se tomen literalmente convirtiendo al Dios vivo en un ídolo.
Dice Eckhart Tolle:
“La palabra Dios se ha convertido en un concepto cerrado. En el momento en que se pronuncia, se crea una imagen mental, quizá ya no la del anciano de barba blanca, pero sí una representación mental de alguien o algo externo a uno y, casi inevitablemente, algo o alguien masculino”.
Esta exclusividad de imágenes masculinas crea una idea injustificada de que lo masculino tiene más en común con la divinidad que lo femenino. O, como observa Carol Christ, una mujer se puede ver creada a imagen y semejanza de Dios sólo haciendo abstracción de su corporeidad, pero no podrá tener la experiencia que está disponible para cualquier varón de afirmar su identidad sexual siendo imagen y semejanza de Dios.
Muchas mujeres ya no nos sentimos cómodas con una espiritualidad, unas oraciones y una liturgia que usa casi exclusivamente imágenes de Dios masculinas. ¿Dónde estoy yo como mujer en “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”, o en “mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala como aceptaste los dones del justo Abel, el sacrificio de Abraham nuestro padre en la fe y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec”?. Porqué el Dios de nuestros Padres y nunca de nuestras Madres, o porqué nunca el Dios de Sara, de Agar, de Rut.
¿Con qué imágenes femeninas de Dios me puedo identificar?.
“A medida que la teología feminista sugiere nuevas imágenes de Dios como madre, hermana y amiga, su objetivo es encontrar un lenguaje que evoque con frescura, para nuestro tiempo con su luchas particulares, el amor inclusivo, compasivo y apasionado de Dios por toda la creación que es proclamado en el mensaje, y la vida, muerte y resurrección de Jesús. Es una búsqueda de una comprensión más adecuada de Dios que se refiera a la experiencia de las mujeres que han sido marginadas en la Iglesia, excluidas de un reconocimiento y participación plenos durante siglos”(Anne E. Carr).
Pero en esto del lenguaje acerca de Dios hay que ser muy cuidadosas para no caer en dualismos. El peligro es asignarle a Dios características, o dimensiones femeninas, de por sí arbitrarias, porque, ¿quién decide qué forma parte de la naturaleza femenina o masculina?. Las mujeres hemos empezado a responder a esta pregunta con nuestra propia voz, y a reclamar para nosotras el rango completo de cualidades humanas, invitando a los varones a descubrir lo que ellos también han perdido en las descripciones sesgadas acerca de lo que es ser varón o mujer dice Elizabeth Johnson. Hablando de Dios los teólogos han subestimado la verdad de que Dios no tiene características femeninas y masculinas, más bien podemos afirmar que “las mujeres son capaces de simbolizar el misterio pleno de Dios de manera tan adecuada, o inadecuada como lo han hecho las imágenes masculinas” (Elizabeth Johnson).
Incluir imágenes femeninas de Dios sería un primer paso importante, pero no tenemos que detenernos allí, porque seguir viendo a Dios con forma humana, antropomórficamente, es, a mi modo de ver el obstáculo más importante que hoy tenemos al hablar de Dios. Por eso quiero terminar mi reflexión citando textualmente a José Arregui que lo dice tan bellamente:
“Dios no es un Ente, ni es Algo, ni es Alguien con psicología y sentimientos como los nuestros. Dios no interviene desde fuera cuando quiere. Dios no tiene por qué encarnarse, pues es la Carne del mundo, el Ser de cuanto es, el Corazón de cuanto late, el Verbo activo y pasivo de toda palabra, el Dinamismo de toda transformación, la Ternura de todo abrazo, el Tú de todo yo y el Yo de todo tú, la Unidad de toda diversidad y la Diversidad de toda unidad, la luz de toda mirada, la conciencia de toda mente, la Belleza y la Bondad que sostienen y mueven al universo en su infinito movimiento, en su infinita relación”.
Patricia Paz
Lunes, 18 de Febrero de 2013 - Actualizado a las 05:11h
CARMEN BERNABÉ
DOCTORA EN TEOLOGÍA POR LA UNIVERSIDAD DE DEUSTO Y DIPLOMADA EN TRABAJO SOCIAL
"La interpretación del Evangelio está hecha solo por hombres"
Experta en Nuevo Testamento, Carmen Bernabé, ha analizado un sinfín de textos bíblicos con un marcado enfoque patriarcal, por lo que reclama un cambio de paradigma y constata cómo en los Evangelios existen testimonios decisivos de la participación de las mujeres.
C. LAGO
VITORIA. ¿Qué le parece que la Iglesia esté desperdiciando un gran caudal de mujeres?
Me parece una frivolidad y una responsabilidad histórica tremenda, además de una gran falta de fe. En la Iglesia la palabra poder es tabú, pero todos los tabúes suelen esconder miedos que es mejor ventilar.
¿Cree que las religiones pueden legitimar las desigualdades de género recurriendo a Dios?
Sí. Se suele apelar a la voluntad de Dios para justificar decisiones coyunturales, históricas y culturales que son muy humanas. Eso se llama utilizar el nombre de Dios en vano, pero se hace, y no se cae en la cuenta de que la imagen de Dios que se trasmite es terrible. Si el dios que nos anuncian nos quiere perpetuamente menores de edad y sumisas, en función de mi sexo, y hace a los varones regentes de nuestro destino, es un dios en el que no merece la pena creer, o bien es un ídolo inventado al que se le atribuye una voluntad que más bien es reflejo de miedos masculinos o costumbres culturales patriarcales. Y a esa conclusión están llegando la mayoría de las mujeres jóvenes hoy que pasan de la religión. Por eso hablo de responsabilidad histórica.
¿Considera que el nuevo Papa debería hacer un cambio de rumbo revisando el papel de la mujer?
Por supuesto, pero soy muy pesimista. Ratzinger varió un poco su posición respecto a los musulmanes, a los preservativos. Sin embargo, no ha variado su postura sobre las mujeres que siempre ha sido muy restrictiva y arquetípica. El tema de la mujer en la Iglesia es un problema muy grave. No es edificante que cuando a alguien le van a ordenar obispo le pidan como prueba de ortodoxia que mantenga una posición contraria a la ordenación de la mujer y a su posición en la Iglesia. En el próximo cónclave, las mujeres no estaremos ni entre los electores ni entre los elegibles. Si quiere ser fiel al Evangelio, la Iglesia debe cambiar de rumbo en este tema y en otros.
¿Existe una tradición excesivamente masculina en la interpretación del Evangelio?
La interpretación oficial del Evangelio ha sido hecha y es hecha por hombres desde un lugar vital muy concreto. La perspectiva desde dónde se pregunta al texto es muy importante. Las mujeres llevan ya mucho tiempo estudiando, interpretando la Escritura y escribiendo teología desde otro punto de vista, y creo que hay algo de alarma entre algunos sectores porque las mujeres razonan y tienen opinión propia y distinta y además la argumentan. Esperemos que los sibilinos intentos para entorpecer el acceso de las mujeres a la educación teológica superior que han comenzado a aparecer no progresen.
¿La ordenación de mujeres es un planteamiento utópico?
Creo que la ordenación de las mujeres se incluye dentro de una serie de reformas en la Iglesia que deben ser afrontadas sin dilación, entre ellos el ministerio presbiteral. Utopía alude a algo que aún no tiene lugar. Pero utopía no es quimera. El origen y fundamento del cristianismo, Jesús de Nazaret, pasó por el mundo anunciando una utopía; el reino de Dios que él comenzó a hacer presente y realidad.
¿Qué desafíos debe abordar el próximo Papa para allanar el camino de estas desigualdades?
El reto es inmenso: traer la institución eclesial al siglo XXI, aceptando que en la historia humana, en sus hallazgos y logros de todo tipo actúa el Espíritu de Dios. Si Juan XXIII dijo que había que abrir las ventanas para que entrara aire fresco, el próximo Papa debería abrir ventanas y puertas, levantar persianas y alfombras y hacer corriente, llevar al trastero o dejar en un museo muchos muebles y objetos, y hacer del Vaticano un apartamento funcional, luminoso, amplio, acogedor, con una mezcla de estilos.
Bernabé asegura que el colectivo de mujeres teólogas es plural.
"Es una frivolidad y una falta de fe que se desperdicie todo el caudal femenino"
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Interesante artículo:
http://www.publico.es/451727/del-dios-es-gay-de-woody-allen-al-dios-es-mujer-de-juan-pablo-i
Del "Dios es gay" de Woody Allen al "Dios es mujer" de Juan Pablo I
Las mujeres reclaman más presencia en las jerarquías de la Iglesia, pero el clero no suele revisar sus argumentos ni afrontar la autocrítica de sus incoherencias
'Mujer contemplando a dos niños', de William Adolphe Bouguereau.
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El Papa aparta a un obispo favorable a la ordenación de las mujeres
"Dios es gay"....¡No asustarse, señores del Vaticano!" Esta frase la pronunciaba un personaje de Si la cosa funciona, una de las celebradas y divertidas películas de Woody Allen. Parecería que sólo un humorista como él pudiera permitirse estas licencias. Pues no. El malogrado "Papa de los 33 días", Juan Pablo I, anteriormente conocido por Albino Luciani, burló un día la heterodoxia de sus cardenales asesores leyendo un discurso que llevaba en el bolsillo izquierdo de su alba sotana, aunque el discurso previsto, escrito por los especialistas de su aparato teológico, lo debía sacar de su bolsillo derecho. Cuando empezó a hablar, los cardenales se quedaron de piedra: "Queridos hermanos...Dios es mujer".
En España, los obispos y prebostes católicos, directamente, se hubieran muerto. El concepto masculino de Dios les imposibilita para pensar que Dios pudiera ser una mujer. Acostumbrados a sacar a sus huestes a la calle cada vez que los españoles invocan un derecho que ponga en entredicho ciertos dogmas para ellos "intocables", identificar a Dios con la mujer lo considerarían sin paliativos una blasfemia intolerable. El inefable y melífluo secretario de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, llama enseguida a los católicos a salir a la calle cuando las mujeres defienden su derecho a abortar, aunque sólo sea en determinados casos. Pero cuando -hace tres años- le preguntaron en una rueda de prensa si iban a excomulgar al rey cuando firmara la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo (popularmente conocida como ley del aborto), la cara se le cambió. Las palabras se le trafulcaron y sólo supo decir: "Es que... lo del rey es una situación única".
La Iglesia española es maravillosamente rápida en situaciones que no deben ver tan "únicas": cuando los gobernantes les tocan la cartera, o cuando pretenden convertirse en los delegados de Dios para "los asuntos de la mujer". Revisar sus argumentos o afrontar la autocrítica de sus incoherencias no parece ser frecuente en las jerarquías de la Iglesia: si dijeron que "excomulgarían" a quienes aprobaran la Ley del Aborto, deberían haber excomulgado al rey. Pero ¡ah!, ¡eso no entraba dentro de sus coherencias!
Como señala la teóloga feminista Margarita Pintos, educadora en el Colegio Alemán y presidenta de la Asociación para el Diálogo Interreligioso de la Comunidad de Madrid, además de miembro de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, "el fondo del problema reside en la obsesión enfermiza y secular de la Iglesia contra las mujeres: excomulgan a la mujer que aborta porque el aborto es "un asesinato" pero no excomulgan a un asesino; no excluyen de la comunión a un criminal, excluyen sólo al que participa, colabora o es cómplice de un aborto, porque "es un asesinato". No impiden la comunión del asesino de Sandra Palo, ni de los soldados de -españoles- Afganistán, que se ven en la necesidad de matar a personas inocentes. No niegan la comunión a los asesinos que hay en las cárceles, ni retiran de las prisiones a los capellanes que se la dan".
"Cuando una mujer tuviera una conducta desordenada y dejara de cumplir sus obligaciones del hogar, el marido puede someterla y esclavizarla" (Código de Hammurabi, S.XVII a. C.). "La mujer debe adorar al hombre como a un dios: cada mañana debe arrodillarse nueve veces consecutivas a los pies del marido y, con los brazos cruzados, preguntarle: "Señor, ¿qué deseáis que haga?" (Zaratustra, S.VII a. C.). "Aunque la conducta del marido sea censurable, la mujer virtuosa debe reverenciarle como a un dios", "una mujer nunca debe gobernarse a sí misma" (Leyes de Manu, Libro Sagrado de la India).
"La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por tanto, un hombre inferior" (Aristóteles. S.IV a. C.). "Que las mujeres estén calladas en las iglesias, porque no les es permitido hablar. Si quisieran ser instruidas sobre algún punto, que pregunten en casa a sus maridos" (Las bodas cristianas, San Pablo apóstol, año 67 d.C.). "Los hombres son superiores a las mujeres porque Alá les otorgó la primacía sobre ellas [...] No se legó al hombre mayor calamidad que la mujer". (El Corán, S.VI d.C.).
Del siglo XVII al XXI no hace falta buscar citas, sería una labor inacabable. Dejémoslas a los reyes, aristócratas, políticos, empresarios, escritores, clérigos, obispos, cardenales y papas. No les costaría nada encontrarlas sin salir de su propia casa. ¡Ah, olvidábamos el principio de todo: la expulsión de la mujer del Paraíso Terrenal!.
La "patriarquía eclesiástica" sigue empeñada en negar lo que ya justificaba el Nuevo Testamento y la historia del Cristianismo. Esta patriarquía se ha apropiado de la eclesialidad, y se la niega especialmente a las mujeres alegando razones bíblicas, teológicas e históricas infundadas". La teóloga Pintos echa en falta en la Iglesia la posibilidad de la intervención de la mujer en la toma de decisiones sobre cuestiones éticas "que afectan directamente a nuestras vidas". Ello exige "participar en el gobierno de la comunidad cristiana, elegido y ejercido democráticamente, sin cortapisas. Es urgente poner en marcha un proceso de democratización de la Iglesia". "Las mujeres sufrimos una exclusión total por la concepción androcéntrica que caracteriza en el catolicismo el mundo de lo sagrado", denuncia.
El Papa Pablo VI dirigirá años más tarde un mensaje explícito a la mujer hablando de ella como "hija querida, virgen fuerte, esposa cariñosa y sobre todo madre y viuda resignada". Pero cuando se establece el "diaconado permanente" la mujer vuelve a ser relegada a un último lugar, que aún hoy se hace evidente cuando sólo se les permite leer algún texto bíblico y, en casos excepcionales, dispensar la comunión. En el Concilio Vaticano II llegó a plantearse, sin éxito, tanto el asunto del celibato de los curas como el del sacerdocio de la mujer. Los últimos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, no han dado ni un solo paso a este respecto.
El tema no es sólo el sacerdocio de la mujer, que también. El tema es la igualdad de derechos y deberes, de administrar los talentos femeninos. No digamos nada en los asuntos más sangrantes acerca de la vida íntima, sexual o matrimonial, de la mujer, y más especialmente el asunto del aborto. La Iglesia sigue impertérritamente férrea, aunque hubieran existido algunos santos padres (como San Agustín y Santo Tomás de Aquino) que defendieran el aborto en algunos casos y hasta unos límites de tiempo determinados. ¡Pero eso sucedió hace más de siete siglos!
María Antonia Fernández Pérez, miembro del grupo santanderino de Mujeres y Teología, dice: "Dentro de la Iglesia las mujeres también queremos justicia, que no se hable de nosotras sino que hablemos nosotras, queremos ser adultas y compañeras, pero con las personas adultas se dialoga. Podemos estar de acuerdo en el respeto a la vida, en el compartir, en él dialogo interreligioso, en descubrir los valores de cada persona, en aceptar el mensaje subversivo de Jesús. Pero no aceptamos que exista una centralidad masculina y que eso se universalice. Aceptar un análisis de género supone cuestionar esta centralidad masculina. A la Iglesia también le gusta la sumisión y nosotras la cuestionamos. Para que se den cambios profundos es necesaria la unión del hombre y de la mujer".
La teóloga brasileña Ivonne Gebara, por su parte, afirma: "La Iglesia ha empezado a pedir perdón, es significativo, pero falta el perdón concreto, en el presente, pedir perdón a Galileo es algo simbólico. La Iglesia católica institucional no sólo tiene que pedir perdón, sino que tiene que devolver nuestra tierra: la tierra de la capacidad femenina, la tierra de la capacidad de pensar, la tierra de la capacidad de poder, la tierra de expresar la experiencia sagrada, la tierra de hablar de Dios desde su propia historia."
El Papa dulce, Juan Pablo I, que pudo afirmar que "Dios es mujer", no tuvo tiempo para desarrollar su teoría. ¿Lo tendrá el sucesor de Benedicto XVI?
En España, los obispos y prebostes católicos, directamente, se hubieran muerto. El concepto masculino de Dios les imposibilita para pensar que Dios pudiera ser una mujer. Acostumbrados a sacar a sus huestes a la calle cada vez que los españoles invocan un derecho que ponga en entredicho ciertos dogmas para ellos "intocables", identificar a Dios con la mujer lo considerarían sin paliativos una blasfemia intolerable. El inefable y melífluo secretario de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, llama enseguida a los católicos a salir a la calle cuando las mujeres defienden su derecho a abortar, aunque sólo sea en determinados casos. Pero cuando -hace tres años- le preguntaron en una rueda de prensa si iban a excomulgar al rey cuando firmara la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo (popularmente conocida como ley del aborto), la cara se le cambió. Las palabras se le trafulcaron y sólo supo decir: "Es que... lo del rey es una situación única".
María Antonia Fernández: "Dentro de la Iglesia las mujeres también queremos justicia, que no se hable de nosotras sino que hablemos nosotras"
La Iglesia no sabe qué hacer, qué decir, o qué decidir, cuando se presentan "situaciones únicas". La boda de una divorciada que se casa con el heredero de la Corona es una situación "única". Pero el cardenal de Madrid, Rouco Varela, va raudo a la catedral cuando le proponen presidirla. Las monjas españolas violadas y embarazadas hace medio siglo en el ex Congo Belga tuvieron que optar -por exigencias del obispo de turno- entre abortar o salirse del convento: ¡era otra situación "única"! La Iglesia española es maravillosamente rápida en situaciones que no deben ver tan "únicas": cuando los gobernantes les tocan la cartera, o cuando pretenden convertirse en los delegados de Dios para "los asuntos de la mujer". Revisar sus argumentos o afrontar la autocrítica de sus incoherencias no parece ser frecuente en las jerarquías de la Iglesia: si dijeron que "excomulgarían" a quienes aprobaran la Ley del Aborto, deberían haber excomulgado al rey. Pero ¡ah!, ¡eso no entraba dentro de sus coherencias!
Como señala la teóloga feminista Margarita Pintos, educadora en el Colegio Alemán y presidenta de la Asociación para el Diálogo Interreligioso de la Comunidad de Madrid, además de miembro de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, "el fondo del problema reside en la obsesión enfermiza y secular de la Iglesia contra las mujeres: excomulgan a la mujer que aborta porque el aborto es "un asesinato" pero no excomulgan a un asesino; no excluyen de la comunión a un criminal, excluyen sólo al que participa, colabora o es cómplice de un aborto, porque "es un asesinato". No impiden la comunión del asesino de Sandra Palo, ni de los soldados de -españoles- Afganistán, que se ven en la necesidad de matar a personas inocentes. No niegan la comunión a los asesinos que hay en las cárceles, ni retiran de las prisiones a los capellanes que se la dan".
De dónde viene todo
Los argumentos esgrimidos por Margarita Pintos son irrefutables, indiscutibles, incontestables. Los obispos "aman tanto a las mujeres" que no pueden soportar que aborten, ni les importa demasiado por qué. Viven desde el principio de los tiempos obsesionados por el sexo femenino. Y repasando la historia puede llegarse a la conclusión de que ésta ha sido decisiva para que la mujer haya sido considerada un ser sin derechos por el "hombre", cosa que a los obispos católicos (hombres en "exclusiva") les viene de perillas."Cuando una mujer tuviera una conducta desordenada y dejara de cumplir sus obligaciones del hogar, el marido puede someterla y esclavizarla" (Código de Hammurabi, S.XVII a. C.). "La mujer debe adorar al hombre como a un dios: cada mañana debe arrodillarse nueve veces consecutivas a los pies del marido y, con los brazos cruzados, preguntarle: "Señor, ¿qué deseáis que haga?" (Zaratustra, S.VII a. C.). "Aunque la conducta del marido sea censurable, la mujer virtuosa debe reverenciarle como a un dios", "una mujer nunca debe gobernarse a sí misma" (Leyes de Manu, Libro Sagrado de la India).
"La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por tanto, un hombre inferior" (Aristóteles. S.IV a. C.). "Que las mujeres estén calladas en las iglesias, porque no les es permitido hablar. Si quisieran ser instruidas sobre algún punto, que pregunten en casa a sus maridos" (Las bodas cristianas, San Pablo apóstol, año 67 d.C.). "Los hombres son superiores a las mujeres porque Alá les otorgó la primacía sobre ellas [...] No se legó al hombre mayor calamidad que la mujer". (El Corán, S.VI d.C.).
Los obispos "aman tanto a las mujeres" que no pueden soportar que aborten, ni les importa demasiado por qué
"Cuando un hombre fuera reprendido en público por una mujer, tendrá derecho a golpearla con el puño o el pie y romperle la nariz, para que así, desfigurada, no se deje ver, avergonzada de su faz. Y le estará bien merecido" (Le Mènagier de París, Tratado de Conducta Moral y Costumbres de Francia, S.XIV). "Los niños, los idiotas, los lunáticos y las mujeres no pueden y no tienen capacidad para efectuar negocios" (Enrique VII de Inglaterra, jefe de la Iglesia Anglicana). "El peor adorno que una mujer puede querer usar es ser sabia". (Martín Lucero, teólogo alemán, reformador crítico del Catolicismo y pionero del Protestantismo. Siglo XVI).Del siglo XVII al XXI no hace falta buscar citas, sería una labor inacabable. Dejémoslas a los reyes, aristócratas, políticos, empresarios, escritores, clérigos, obispos, cardenales y papas. No les costaría nada encontrarlas sin salir de su propia casa. ¡Ah, olvidábamos el principio de todo: la expulsión de la mujer del Paraíso Terrenal!.
La patriarquía se ha apropiado de la eclesialidad
La teóloga y feminista Margarita Pintos (La mujer en la Iglesia, La educación religiosa en una sociedad pluralista, Budismo y cristianismo en diálogo y Las mujeres en las tradiciones religiosas) afirma, a preguntas de Público, que hoy las mujeres cristianas siguen "desposeídas de la ciudadanía eclesial, mientras que en la sociedad civil están logrando importantes cotas en los derechos cívicos, políticos y sociales". Por su parte, "la iglesia católica hace todo lo posible por impedir que las mujeres los practiquen dentro de la comunidad cristiana". Es -añade Pintos- la "incoherencia vaticana" de la que hablaba Bernard Quelquejeu.La "patriarquía eclesiástica" sigue empeñada en negar lo que ya justificaba el Nuevo Testamento y la historia del Cristianismo. Esta patriarquía se ha apropiado de la eclesialidad, y se la niega especialmente a las mujeres alegando razones bíblicas, teológicas e históricas infundadas". La teóloga Pintos echa en falta en la Iglesia la posibilidad de la intervención de la mujer en la toma de decisiones sobre cuestiones éticas "que afectan directamente a nuestras vidas". Ello exige "participar en el gobierno de la comunidad cristiana, elegido y ejercido democráticamente, sin cortapisas. Es urgente poner en marcha un proceso de democratización de la Iglesia". "Las mujeres sufrimos una exclusión total por la concepción androcéntrica que caracteriza en el catolicismo el mundo de lo sagrado", denuncia.
Margarita Pintos: "Las mujeres estamos excluídas por la concepción androcéntrica de lo sagrado en el catolicismo"
En el primer tercio del siglo XX, el Papa Pío XI consideraba (en su encíclica Quadragésimus annus) "un abuso el trabajo de la mujer fuera de casa porque el marido no disponía de suficiente salario". Será el papa Juan XXIII, que convocó el Concilio Vaticano II, el que dé un paso fundamental en la consideración de la mujer al marcar un reconocimiento oficial de su promoción (encíclica Pacem in Terris, 1963) y en uno de los documentos conciliares (Gaudium et Spes) aparecerá un alegato en contra de la "discriminación por razones de sexo, raza o color", reconociendo la "igualdad" de la mujer respecto al hombre.El Papa Pablo VI dirigirá años más tarde un mensaje explícito a la mujer hablando de ella como "hija querida, virgen fuerte, esposa cariñosa y sobre todo madre y viuda resignada". Pero cuando se establece el "diaconado permanente" la mujer vuelve a ser relegada a un último lugar, que aún hoy se hace evidente cuando sólo se les permite leer algún texto bíblico y, en casos excepcionales, dispensar la comunión. En el Concilio Vaticano II llegó a plantearse, sin éxito, tanto el asunto del celibato de los curas como el del sacerdocio de la mujer. Los últimos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, no han dado ni un solo paso a este respecto.
El tema no es sólo el sacerdocio de la mujer, que también. El tema es la igualdad de derechos y deberes, de administrar los talentos femeninos. No digamos nada en los asuntos más sangrantes acerca de la vida íntima, sexual o matrimonial, de la mujer, y más especialmente el asunto del aborto. La Iglesia sigue impertérritamente férrea, aunque hubieran existido algunos santos padres (como San Agustín y Santo Tomás de Aquino) que defendieran el aborto en algunos casos y hasta unos límites de tiempo determinados. ¡Pero eso sucedió hace más de siete siglos!
María Antonia Fernández Pérez, miembro del grupo santanderino de Mujeres y Teología, dice: "Dentro de la Iglesia las mujeres también queremos justicia, que no se hable de nosotras sino que hablemos nosotras, queremos ser adultas y compañeras, pero con las personas adultas se dialoga. Podemos estar de acuerdo en el respeto a la vida, en el compartir, en él dialogo interreligioso, en descubrir los valores de cada persona, en aceptar el mensaje subversivo de Jesús. Pero no aceptamos que exista una centralidad masculina y que eso se universalice. Aceptar un análisis de género supone cuestionar esta centralidad masculina. A la Iglesia también le gusta la sumisión y nosotras la cuestionamos. Para que se den cambios profundos es necesaria la unión del hombre y de la mujer".
La teóloga brasileña Ivonne Gebara, por su parte, afirma: "La Iglesia ha empezado a pedir perdón, es significativo, pero falta el perdón concreto, en el presente, pedir perdón a Galileo es algo simbólico. La Iglesia católica institucional no sólo tiene que pedir perdón, sino que tiene que devolver nuestra tierra: la tierra de la capacidad femenina, la tierra de la capacidad de pensar, la tierra de la capacidad de poder, la tierra de expresar la experiencia sagrada, la tierra de hablar de Dios desde su propia historia."
El Papa dulce, Juan Pablo I, que pudo afirmar que "Dios es mujer", no tuvo tiempo para desarrollar su teoría. ¿Lo tendrá el sucesor de Benedicto XVI?
RASGUEN SU CORAZÓN. De Fe Adulta.
Rasguen su corazón y no sus vestidos;
vuelvan ahora al Señor su Dios,
porque Él es compasivo y clemente,
lento para la ira, rico en misericordia...
vuelvan ahora al Señor su Dios,
porque Él es compasivo y clemente,
lento para la ira, rico en misericordia...
A los sacerdotes, consagrados y laicos de la Arquidiócesis.
Poco a poco nos acostumbramos a oír y a ver, a través de los medios de comunicación, la crónica negra de la sociedad contemporánea, presentada casi con un perverso regocijo, y también nos acostumbramos a tocarla y a sentirla a nuestro alrededor y en nuestra propia carne. El drama está en la calle, en el barrio, en nuestra casa y, por qué no, en nuestro corazón. Convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos en tantos países del mundo. Convivimos con la envidia, el odio, la calumnia, la mundanidad en nuestro corazón. El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas - incluso de niños - junto con la miseria material y moral son moneda corriente. La destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la falta de futuro se unen también a esta sinfonía. Nuestros errores y pecados como Iglesia tampoco quedan fuera de este gran panorama. Los egoísmos más personales justificados, y no por ello más pequeños, la falta de valores éticos dentro de una sociedad que hace metástasis en las familias, en la convivencia de los barrios, pueblos y ciudades, nos hablan de nuestra limitación, de nuestra debilidad y de nuestra incapacidad para poder transformar esta lista innumerable de realidades destructoras.
La trampa de la impotencia nos lleva a pensar: ¿Tiene sentido tratar de cambiar todo esto? ¿Podemos hacer algo frente a esta situación? ¿Vale la pena intentarlo si el mundo sigue su danza carnavalesca disfrazando todo por un rato? Sin embargo, cuando se cae la máscara, aparece la verdad y, aunque para muchos suene anacrónico decirlo, vuelve a aparecer el pecado, que hiere nuestra carne con toda su fuerza destructora torciendo los destinos del mundo y de la historia.
La Cuaresma se nos presenta como grito de verdad y de esperanza cierta que nos viene a responder que sí, que es posible no maquillarnos y dibujar sonrisas de plástico como si nada pasara. Sí, es posible que todo sea nuevo y distinto porque Dios sigue siendo "rico en bondad y misericordia, siempre dispuesto a perdonar" y nos anima a empezar una y otra vez. Hoy nuevamente somos invitados a emprender un camino pascual hacia la Vida, camino que incluye la cruz y la renuncia; que será incómodo pero no estéril. Somos invitados a reconocer que algo no va bien en nosotros mismos, en la sociedad o en la Iglesia, a cambiar, a dar un viraje, a convertirnos.
En este día, son fuertes y desafiantes las palabras del profeta Joel: Rasguen el corazón, no los vestidos: conviértanse al Señor su Dios. Son una invitación a todo pueblo, nadie está excluido.
Rasguen el corazón y no los vestidos de una penitencia artificial sin garantías de futuro.
Rasguen el corazón y no los vestidos de un ayuno formal y de cumplimiento que nos sigue manteniendo satisfechos.
Rasguen el corazón y no los vestidos de una oración superficial y egoísta que no llega a las entrañas de la propia vida para dejarla tocar por Dios.
Rasguen los corazones para decir con el salmista: "hemos pecado". "La herida del alma es el pecado: ¡Oh pobre herido, reconoce a tu Médico! Muéstrale las llagas de tus culpas. Y puesto que a Él no se le esconden nuestros secretos pensamientos, hazle sentir el gemido de tu corazón. Muévele a compasión con tus lágrimas, con tu insistencia, ¡importúnale! Que oiga tus suspiros, que tu dolor llegue hasta Él de modo que, al fin, pueda decirte: El Señor ha perdonado tu pecado." (San Gregorio Magno) Ésta es la realidad de nuestra condición humana. Ésta es la verdad que puede acercarnos a la auténtica reconciliación... con Dios y con los hombres. No se trata de desacreditar la autoestima sino de penetrar en lo más hondo de nuestro corazón y hacernos cargo del misterio del sufrimiento y el dolor que nos ata desde hace siglos, miles de años... desde siempre.
Rasguen los corazones para que por esa hendidura podamos mirarnos de verdad.
Rasguen los corazones, abran sus corazones, porque sólo en un corazón rasgado y abierto puede entrar el amor misericordioso del Padre que nos ama y nos sana.
Rasguen los corazones dice el profeta, y Pablo nos pide casi de rodillas "déjense reconciliar con Dios". Cambiar el modo de vivir es el signo y fruto de este corazón desgarrado y reconciliado por un amor que nos sobrepasa.
Ésta es la invitación, frente a tantas heridas que nos dañan y que nos pueden llevar a la tentación de endurecernos:Rasguen los corazones para experimentar en la oración silenciosa y serena la suavidad de la ternura de Dios.
Rasguen los corazones para sentir ese eco de tantas vidas desgarradas y que la indiferencia no nos deje inertes.
Rasguen los corazones para poder amar con el amor con que somos amados, consolar con el consuelo que somos consolados y compartir lo que hemos recibido.
Este tiempo litúrgico que inicia hoy la Iglesia no es sólo para nosotros, sino también para la transformación de nuestra familia, de nuestra comunidad, de nuestra Iglesia, de nuestra Patria, del mundo entero. Son cuarenta días para que nos convirtamos hacia la santidad misma de Dios; nos convirtamos en colaboradores que recibimos la gracia y la posibilidad de reconstruir la vida humana para que todo hombre experimente la salvación que Cristo nos ganó con su muerte y resurrección.
Junto a la oración y a la penitencia, como signo de nuestra fe en la fuerza de la Pascua que todo lo transforma, también nos disponemos a iniciar igual que otros años nuestro "Gesto cuaresmal solidario". Como Iglesia en Buenos Aires que marcha hacia la Pascua y que cree que el Reino de Dios es posible necesitamos que, de nuestros corazones desgarrados por el deseo de conversión y por el amor, brote la gracia y el gesto eficaz que alivie el dolor de tantos hermanos que caminan junto a nosotros. «Ningún acto de virtud puede ser grande si de él no se sigue también provecho para los otros... Así pues, por más que te pases el día en ayunas, por más que duermas sobre el duro suelo, y comas ceniza, y suspires continuamente, si no haces bien a otros, no haces nada grande». (San Juan Crisóstomo)
Este año de la fe que transitamos es también la oportunidad que Dios nos regala para crecer y madurar en el encuentro con el Señor que se hace visible en el rostro sufriente de tantos chicos sin futuro, en la manos temblorosas de los ancianos olvidados y en las rodillas vacilantes de tantas familias que siguen poniéndole el pecho a la vida sin encontrar quien los sostenga.
Les deseo una santa Cuaresma, penitencial y fecunda Cuaresma y, por favor, les pido que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Paternalmente
Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.
Los males de la Iglesia Católica, según Hans Küng
Por:EL PAÍS13/02/2013
Basílica de San Pedro, en el Vaticano / EFE
Ahora que el Papa ha renunciado, avanzamos en primicia una parte del prólogo de Hans Küng de su libro ¿Tiene salvación la Iglesia? que la editorial Trotta publicará en abril. Un ensayo en el cual el teólogo y ex colega de la universidad de Tubinga de Benedicto XVI pone el dedo en la llaga de los males de la Iglesia católica, sus raíces y las posibles respuestas.
El siguiente es el pasaje del prólogo de ¿Tiene salvación la Iglesia? (Trotta), de Hans Küng:
El mal que padece la Iglesia
Por Hans Küng
Este sistema de dominación se caracteriza, como habrá que mostrar en lo que sigue, por el monopolio del poder y la verdad, por el juridicismo, el clericalismo, la aversión a la sexualidad y la misoginia, así como por el empleo espiritual-antiespiritual de la violencia. No es el único, pero sí el principal responsable de los tres grandes cismas del cristianismo: el primero, entre la Iglesia de Occidente y la de Oriente en el siglo XI; el segundo, en la Iglesia de Occidente entre la Iglesia católica y la protestante en el siglo XVI; y el tercero, en los siglos XVIII y XIX entre el catolicismo romano y el mundo ilustrado moderno.
Pero de inmediato he de señalar que soy un teólogo ecuménico y bajo ningún concepto estoy obsesionado con los papas. En mi obra El cristianismo: esencia e historia (1994) he analizado y expuesto
a lo largo de más de mil páginas los diversos periodos, paradigmas y confesiones de la historia del cristianismo; y a la luz de todo ello, guste más o menos, resulta imposible negar que el papado es el elemento central del paradigma católico-romano. Un ministerio petrino, tal y como se desarrolló a partir de los orígenes, era y sigue siendo para muchos cristianos una institución con sentido. Pero del siglo XI en adelante ese ministerio se fue transformando cada vez más en un papado monárquico-absolutista que ha dominado la historia de la Iglesia católica, llevando a las ya mencionadas tensiones ecuménicas. El poder intraeclesial del papado, creciente sin cesar a pesar de sus reiteradas derrotas políticas y culturales, representa el rasgo decisivo de la historia de la Iglesia católica. Desde entonces, los puntos neurálgicos de la Iglesia católica no son tanto los problemas de la liturgia, la teología, la piedad popular, la vida religiosa o el arte cuanto los problemas de la constitución de la Iglesia, analizados de forma demasiado poco crítica en las tradicionales historias católicas de la Iglesia. Justamente tales problemas son los que aquí tendré que tratar con especial cuidado, a causa, entre otras cosas, de su índole ecuménicamente controvertida.
a lo largo de más de mil páginas los diversos periodos, paradigmas y confesiones de la historia del cristianismo; y a la luz de todo ello, guste más o menos, resulta imposible negar que el papado es el elemento central del paradigma católico-romano. Un ministerio petrino, tal y como se desarrolló a partir de los orígenes, era y sigue siendo para muchos cristianos una institución con sentido. Pero del siglo XI en adelante ese ministerio se fue transformando cada vez más en un papado monárquico-absolutista que ha dominado la historia de la Iglesia católica, llevando a las ya mencionadas tensiones ecuménicas. El poder intraeclesial del papado, creciente sin cesar a pesar de sus reiteradas derrotas políticas y culturales, representa el rasgo decisivo de la historia de la Iglesia católica. Desde entonces, los puntos neurálgicos de la Iglesia católica no son tanto los problemas de la liturgia, la teología, la piedad popular, la vida religiosa o el arte cuanto los problemas de la constitución de la Iglesia, analizados de forma demasiado poco crítica en las tradicionales historias católicas de la Iglesia. Justamente tales problemas son los que aquí tendré que tratar con especial cuidado, a causa, entre otras cosas, de su índole ecuménicamente controvertida.
JOSEPH RATZINGER, el actual papa, y yo fuimos los dos peritos oficiales más jóvenes del concilio Vaticano II (1962-1965), que trató de corregir en algunos puntos esenciales este sistema romano. Pero a resultas de la resistencia de la Curia romana, ello, por desgracia, solo se consiguió en parte. Luego, en el posconcilio, Roma ha ido revirtiendo de forma progresiva la renovación, lo que en los últimos años ha llevado a la abierta manifestación de la amenazadora enfermedad de la Iglesia católica, latente ya desde
mucho tiempo atrás. Quien hasta ahora nunca se haya visto confrontado en serio con los hechos históricos sin duda se asustará en ocasiones de cómo han funcionado las cosas por doquier, de cuántos aspectos de las instituciones y constituciones eclesiásticas —y muy especialmente de la principal institución católico-romana, el papado— son «humanos, demasiado humanos». Sin embargo, esto, expresado de forma positiva, significa que tales instituciones y constituciones —también el papado, él en especial— son modificables, básicamente reformables. Así pues, el papado no tiene que ser eliminado, sino renovado en el sentido de un servicio petrino de inspiración bíblica. Lo que sí debe ser eliminado es el medieval sistema romano de dominación. Por consiguiente, mi «destrucción» crítica está al servicio de la «construcción», la reforma y la renovación, todo con la esperanza de que en el tercer milenio la Iglesia católica, contra todas las apariencias, permanezca llena de vida.
mucho tiempo atrás. Quien hasta ahora nunca se haya visto confrontado en serio con los hechos históricos sin duda se asustará en ocasiones de cómo han funcionado las cosas por doquier, de cuántos aspectos de las instituciones y constituciones eclesiásticas —y muy especialmente de la principal institución católico-romana, el papado— son «humanos, demasiado humanos». Sin embargo, esto, expresado de forma positiva, significa que tales instituciones y constituciones —también el papado, él en especial— son modificables, básicamente reformables. Así pues, el papado no tiene que ser eliminado, sino renovado en el sentido de un servicio petrino de inspiración bíblica. Lo que sí debe ser eliminado es el medieval sistema romano de dominación. Por consiguiente, mi «destrucción» crítica está al servicio de la «construcción», la reforma y la renovación, todo con la esperanza de que en el tercer milenio la Iglesia católica, contra todas las apariencias, permanezca llena de vida.
* El libro ¿Tiene salvación la Iglesia? de Hans Küng lo publicará la editorial Trotta en abril.
Ocho años de Benedicto XVIAFP 2:23Un papa de continuidad que en lo fundamental no cambió los dogmas de la iglesia heredados del siglo XX. …
PARIS
(Reuters) - Tras el sorprendente anuncio del Papa Benedicto XVI, de que
renunciará a fin de mes, podría estar acercándose el momento de que la
Iglesia Católica elija a su primer líder no europeo, y podría ser un
latinoamericano.
La
región representa al 42 por ciento de la población católica de todo el
mundo, de unos 1.200 millones de fieles, por lo que es el mayor bloque
dentro de la Iglesia, comparado con un 25 por ciento en Europa.
Luego
de Juan Pablo II, que era polaco, y Benedicto XVI, nacido en Alemania,
el puesto, alguna vez reservado para los italianos, ahora está abierto
para todos.
El
origen dependerá del perfil del nuevo Papa que consideren mejor para
guiar a la Iglesia los cardenales encargados de la decisión en el
próximo cónclave.
Dos
responsables del Vaticano recientemente dieron indicios
sorprendentemente claros sobre los posibles sucesores. El resultado de
sus declaraciones es que el próximo Papa bien podría ser de
Latinoamérica.
"Conozco
muchos obispos y cardenales de América Latina que podrían asumir la
responsabilidad de la Iglesia universal", dijo el arzobispo Gerhard
Mueller, quien ahora ostenta la anterior posición del Papa como jefe de
la Congregación para la Doctrina de la Fe.
"La
Iglesia universal enseña que el Cristianismo no se centra en Europa",
dijo el arzobispo nacido en Alemania al diario Rheinische Post de
Duesseldorf justo antes de la
Navidad.
El
cardenal suizo Kurt Koch, al frente del departamento vaticano de la
unidad cristiana, dijo al diario Tagesanzeiger en Zurich al mismo tiempo
que el futuro de la Iglesia no está en Europa.
"Sería
bueno si hubiera candidatos de Africa o Sudamérica en el próximo
cónclave", dijo, en referencia a la elección a puertas cerradas en la
Capilla Sixtina del Vaticano.
Cuando
se le preguntó si él votaría por un no europeo en lugar de un candidato
europeo, si tenían las mismas calificaciones, respondió:
"sí".
Si
el próximo cónclave realmente le diera el turno a Latinoamérica, los
principales candidatos de la región parecen ser Odilo Scherer, arzobispo
de la enorme diócesis de Sao Paulo, o el ítalo-argentino Leonardo
Sandri, que ahora dirige el departamento vaticano de las Iglesias
Orientales.
Peter
Turkson de Ghana, ahora responsable del departamento de justicia y paz
del Vaticano, suele ser mencionado como el principal candidato africano.
Alrededor
de la mitad de los cardenales que pueden votar son de Europa,
incluso a pesar de que solo un cuarto de los católicos de todo el mundo
vive allí. Si el cónclave se inclina por el Viejo Continente, los
observadores del Vaticano dicen que Angelo Scola de Milán es el
favorito.
El
cardenal Christoph Schoenborn de Viena, quien fuera un alumno y aliado
cercano de Benedicto XVI, también es considerado un candidato fuerte.
PAPABLES
Si
bien no existen candidatos oficiales, a continuación sigue la lista de
"papabili", los papables o potenciales pontífices, que son
los que se mencionaron con más frecuencia recientemente.
La
lista es alfabética, no en orden de sus posibilidades, y probablemente
cambie entre hoy y el momento en que se celebre el cónclave en marzo.
- Joao Braz de Aviz (Brasil,
65 años) llevó un aire fresco al departamento vaticano de
congregaciones religiosas cuando asumió en el 2011. Apoya la preferencia
por los pobres en la teología para la liberación latinoamericana, pero
no los excesos de sus impulsores. Su perfil bajo podría jugarle en
contra.
- Timothy Dolan,
(EEUU, 62 años) se convirtió en la voz del catolicismo estadounidense
tras ser nombrado arzobispo de Nueva York en el 2009. Su humor y su
dinamismo han impresionado al Vaticano, donde suelen faltar esas
características. Pero los cardenales son cautos ante un "Papa de una
superpotencia" y su estilo efusivo podría ser demasiado estadounidense
para algunos.
- Marc Ouellet (Canadá,
68 años) es en la práctica el principal director de personal del
Vaticano como jefe de la Congregación de Obispos. Alguna vez dijo que
convertirse en Papa "sería una pesadilla". Aunque está bien conectado,
el laicismo amplio de su Quebec natal podría resultarle un punto
negativo.
- Gianfranco Ravasi (Italia,
70 años) ha sido ministro de Cultura del Vaticano desde el 2007 y
representa a la Iglesia en los mundos de las artes, la ciencia, la
cultura e incluso ante los ateos. Este perfil podría perjudicarlo si los
cardenales deciden que requieren a un pastor experimentado más que otro
profesor como Papa.
- Leonardo Sandri (Argentina,
69 años) es una figura "transatlántica", nacido en Buenos Aires de
padres italianos. Tuvo el tercer puesto en importancia en el Vaticano
como su jefe de gabinete entre el 2000 y el 2007. Pero carece de
experiencia pastoral y su labor supervisando a las iglesias
orientales no es una posición de poder en Roma.
- Odilo Pedro Scherer (Brasilia,
63 años) se ubica como el candidato latinoamericano más fuerte.
Arzobispo de Sao Paulo, la mayor diócesis en el mayor país católico, es
conservador en su nación, pero en otras partes resultaría moderado. El
rápido crecimiento de las iglesias protestantes en Brasil podría no
beneficiarlo.
- Christoph Schoenborn (Austria,
67 años) es un ex estudiante del Papa Benedicto XVI con un acercamiento
pastoral que el pontífice no tiene. El arzobispo de Viena figura como
papable desde que editó el catecismo de la Iglesia en la
década de 1990. Pero algunas posturas cautelosas en materia de reformas
y el fuerte disenso de parte de algunos clérigos austríacos no lo
favorecen.
- Angelo Scola (Italia,
71 años) es un arzobispo de Milán, una plataforma para el papado, y es
la principal apuesta de muchos italianos. Experto en bioética, también
conoce el Islam como responsable de una fundación para promover el
entendimiento entre cristianos y musulmanes. Su densa oratoria podría
alejar a los cardenales que busquen un comunicador carismático.
- Luis Tagle (Filipinas,
55 años) tiene un carisma que se suele comparar con el del
fallecido Juan Pablo II. También es un colaborador estrecho de
Benedicto XVI luego de trabajar con él en la Comisión Teológica
Internacional. Si bien tiene muchos partidarios, solo se convirtió en
cardenal en el 2012 y los cónclaves son cautos frente a los candidatos
jóvenes.
- Peter Turkson (Ghana,
64 años) es el principal candidato africano. Jefe de la oficina de
justicia y paz del Vaticano, es el portavoz de la conciencia social de
la Iglesia y respalda la reforma financiera mundial. Mostró un video
criticando a los musulmanes en un reciente sínodo vaticano, generando
dudas sobre qué piensa del Islam.
(reporte adicional de
Philip Pullella)
.
__._,_.___
LA EJECUCIÓN DE
JESÚS COMO MUERTE POLÍTICA
Evangelio de San
Marcos 12-34 “El escriba le dijo: «Muy
bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que
él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las
fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos
y todos los sacrificios».
Jesús, al ver que había respondido tan
acertadamente, le dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios».”
Ahora
que estamos rememorando la Pasión de Jesucristo, quisiera exponer mi punto de
vista sobre la ejecución de Jesús. Se nos ha hablado desde siempre que
Jesucristo vino al mundo para redimirnos de nuestros pecados por su muerte en
la cruz, y que tanto nos amó el Padre que envió a su único Hijo para que, con
su sangre, expiara nuestros pecados. Estoy en completo desacuerdo con ese punto
de vista.
Podría
entender esto si nuestra creencia en Dios fuese de un dios castigador,
vengativo, sediento de sangre. Pero el mensaje que envió Jesús es de Dios como
papá, madre protectora, amante de la Humanidad, de cada persona
individualizadamente, que nos quiere alegres, sin miedos, donde podemos buscar
refugio y Ella nos abraza tiernamente cuando nos perdemos, nos equivocamos. Por
ello, esa visión de que Jesús fue enviado al mundo para que fuese sacrificado,
y que su sangre saciara la Sed de Venganza de Dios por nuestros pecados me
parece una blasfemia.
La
ejecución de Jesús fue una muerte política. Jesús rompió con todos los
estamentos religiosos de su época, y empezó a cuestionar la jerarquía. Con
ello, molestaba a la poderosa familia de Caifás, pues les echaba en cara su
connivencia con el opresor romano, y su vida lujosa a costa de los más pobres.
Jesús
vino al mundo para enseñarnos el camino de la Verdad, de la Vida, sembrando la
esperanza en cada corazón. Rompió muchas barreras sociales al admitir a la
Mujer como discípula (cuando en aquella época nos estaba vedado ser discípulas
de cualquier rabino). Acabó con la discriminación de la Mujer al igualarla con
el hombre, y eso de por sí, ya resultó escandaloso y sospechoso. No tuvo
reparos en acercarse a las clases desposeídas, en curar durante el sabath, en
preferir la reconciliación y la ayuda al prójimo (Mc. 5-25/34, Mc. 2-27, Mt.
5-24) que una asistencia formal a la celebración litúrgica.
Con
ello, y con el ataque frontal a la Injusticia social de su tiempo y las
plusvalías que se obtenían en los negocios a costa de los más pobres (Mc. 11,
15-18), la consecuencia fue el miedo de la jerarquía política/religiosa de
entonces y el complot para darle muerte. Con Delores Williams, podemos decir
que Jesús fue ejecutado con la tristeza de Dios, porque El no vino al mundo a
morir por la Humanidad sino que vino a Vivir por ella, a predicar un Mundo
Nuevo, con valores basados en el Amor. Y esta nueva forma de pensar y de vivir,
no es aceptada por los poderosos, sean de la época que sean, pues se les quitan
las armas de manipulación social (miedos, ansiedades) para que el mundo trabaje
para sus propios intereses, en detrimento de la Justicia Social y la Paz.
Evidentemente,
una persona así no interesa al poder económico y político, y ésta debe ser
eliminada. Jesús bien que sabía cuál iba a ser su final, pues tenía el ejemplo
próximo de Juan el Bautista. Sin embargo, y como José Antonio Pagola infiere,
aceptó su muerte por ser fiel hasta sus últimas consecuencias con la Nueva
Buena, la nueva noticia, lanzada al mundo. Lo que supone un fracaso en términos
humanos, es una victoria para Dios pues el resultado fue la Resurrección.
Dios
nos llama a seguir construyendo el Reino de los Cielos en la Tierra. Eso no es
más que luchar por la Justicia, la Paz, el reparto equitativo de los bienes, de
un trabajo y salario justos, vivienda digna, salud al alcance de toda persona
que lo demanda, educación para la infancia, cuidar de nuestro planeta, y todo
hecho desde el Amor. No podemos seguir instalados en nuestras comodidades
mientras se producen otras muertes políticas de personas justas, tal y como
hicieron con nuestro Maestro.
Como personas
cristianas tenemos que saber que nuestra misión es la redención, que como
cristianas/os somos partícipes de esa lucha. No somos las ovejas, somos los
pastores. No es una responsabilidad de otros (monjas, curas) sino una
responsabilidad personal. Tenemos que luchar para que todo esto sea posible, y
tal y como está el mundo hoy en día tenemos mucho trabajo que hacer.
Luz Sans Soucí.
Mujeres Homosexuales
Cristianas
Nueva Magdala
Noam Chomsky y las 10 Estrategias de Manipulación Mediática
El lingüista Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través
de los medios
1. La estrategia de la distracción.
El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes.
La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.
Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad.
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad,
flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir.
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar
mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de
poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y
su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
9. Reforzar la autoculpabilidad.
Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente
brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites
dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha
disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él
se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un
control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí
mismos.
“Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a
mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando.
Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento.
Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta
información”.
Rodolfo Walsh
p p creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto
Los cuatro acuerdos de la sabiduría Tolteca por Miguel Ruiz
El primer acuerdo es el más importante, también el más difícil de cumplir. Es tan importante que sólo con él ya serás capaz de alcanzar el nivel de existencia que yo denomino «el cielo en la tierra». Parece ser un acuerdo muy simple, pero es sumamente poderoso.
¿Por qué tus palabras? Porque constituyen el poder que tienes para crear. Son un don que proviene directamente de Dios. En la Biblia, el Evangelio de San Juan empieza diciendo: «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios». Mediante las palabras expresas tu poder creativo, lo revelas todo. Independientemente de la lengua que hables, tu intención se pone de manifiesto a través de las palabras. Lo que sueñas, lo que sientes y lo que realmente eres, lo muestras por medio de las palabras. Son la herramienta más poderosa que tienes como ser humano, el instrumento de la magia. Pero son como una espada de doble filo: pueden crear el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea. Uno de los filos es el uso erróneo de las palabras, que crea un infierno en vida. El otro es la impecabilidad de las palabras, que sólo engendrará belleza, amor y el cielo en la tierra. Según cómo las utilices, las palabras te liberarán o te esclavizarán aún más de lo que imaginas. Toda la magia que posees se basa en tus palabras. Son pura magia, y si las utilizas mal, se convierten en magia negra.
Esta magia es tan poderosa, que una sola palabra puede cambiar una vida o destruir a millones de personas. Hace años, en Alemania, mediante el uso de las palabras, un hombre manipuló a un país entero de gente muy inteligente. Los llevó a una guerra mundial sólo con el poder de sus palabras. La mente humana es como un campo fértil en el que continuamente se están plantando semillas. Las semillas son opiniones, ideas y conceptos. Tú plantas una semilla, un pensamiento y éste crece. Las palabras son como semillas, ¡y la mente humana es muy fértil! El único problema es que, con demasiada frecuencia, es fértil para las semillas del miedo. Todas las mentes humanas son fértiles, pero sólo para la clase de semilla para la que están preparadas. Lo importante es descubrir para qué clase de semillas es fértil nuestra mente y prepararla para recibir las semillas del amor.
Todo ser humano es un mago, y por medio de las palabras, puede hechizar a alguien o liberarlo de un hechizo. Continuamente estamos lanzando hechizos con nuestras opiniones. Por ejemplo, me encuentro con un amigo y le doy una opinión que se me acaba de ocurrir. Le digo: «¡Mmmm! Veo en tu cara el color de los que acaban teniendo cáncer». Si escucha esas palabras y está de acuerdo, desarrollará un cáncer en menos de un año. Ese es el poder de las palabras.
Durante nuestra domesticación, nuestros padres y hermanos expresaban sus opiniones sobre nosotros sin pensar. Nosotros nos creíamos lo que nos decían y vivíamos con el miedo que nos provocaban sus opiniones.
Este acuerdo es muy difícil de romper y es posible que te lleve a realizar muchas cosas con el único fin de convencerte de que realmente eres estúpido. Puede que hagas algo y te digas a ti mismo: «Me gustaría ser inteligente, pero debo de ser estúpido, porque si no lo fuera, no habría hecho esto». La mente se mueve en cientos de direcciones diferentes y podríamos pasarnos días enteros atrapados únicamente por la creencia en nuestra propia estupidez. Pero un día alguien capta tu atención y con palabras te hace saber que no eres estúpido. Crees lo que esa persona dice y llegas a un nuevo acuerdo. Y el resultado es que dejas de sentirte o de actuar como un estúpido. Se ha roto todo el hechizo sólo con la fuerza de las palabras. Y a la inversa, si crees que eres estúpido y alguien capta tu atención y te dice: «Sí, realmente eres la persona más estúpida que jamás he conocido», el acuerdo se verá reforzado y se volverá todavía más firme.
Veamos ahora lo que significa la palabra «impecabilidad». Significa «sin pecado». «Impecable» proviene del latín pecatus, que quiere decir «pecado». El im significa «sin», de modo que «impecable» quiere decir «sin pecado». Las religiones hablan del pecado y de los pecadores, pero entendamos qué significa realmente pecar. Un pecado es cualquier cosa que haces y que va contra ti. Todo lo que sientas, creas o digas que vaya contra ti es un pecado. Vas contra ti cuando te juzgas y te culpas por cualquier cosa. No pecar es hacer exactamente lo contrario. Ser impecable es no ir contra ti mismo. Cuando eres impecable, asumes la responsabilidad de tus actos, pero sin juzgarte ni culparte. Desde este punto de vista, todo el concepto de pecado deja de ser algo moral o religioso para convertirse en una cuestión de puro sentido común. El pecado empieza con el rechazo de uno mismo. El mayor pecado que cometes es rechazarte a ti mismo. En términos religiosos, el autorrechazo es un «pecado mortal», es decir que te conduce a la muerte. En cambio, la impecabilidad te conduce a la vida.
Ser impecable con tus palabras es no utilizarlas contra ti mismo. Si te veo en la calle y te llamo estúpido, puede parecer que utilizo esa palabra contra ti pero en realidad la utilizo contra mí mismo, porque tú me odiarás por ello y tu odio no será bueno para mí. Por lo tanto, si me enfurezco y con mis palabras te envío todo mi veneno emocional, las estoy utilizando en mi contra.
Si me amo a mí mismo, expresaré ese amor en mis relaciones contigo y seré impecable con mis palabras, porque la acción provoca una reacción semejante. Si te amo, tú me amarás. Si te insulto, me insultarás. Si siento gratitud por ti, tú la sentirás por mí. Si soy egoísta contigo, tú lo serás conmigo. Si utilizó mis palabras para hechizarte, tú emplearás las tuyas para hechizarme a mí.
Ser impecable con tus palabras significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la verdad y del amor por ti mismo. Si llegas a un acuerdo contigo para ser impecable con tus palabras, eso bastará para que la verdad se manifieste a través de ti y limpie todo el veneno emocional que hay en tu interior.
En el infierno, el poder de las palabras se emplea de un modo totalmente erróneo. Las usamos para maldecir, para culpar, para reprochar, para destruir. También las utilizamos correctamente, por supuesto, pero no lo hacemos muy a menudo. Por lo general, empleamos las palabras para propagar nuestro veneno personal: para expresar rabia, celos, envidia y odio. Las palabras son pura magia -el don más poderoso que tenemos como seres humanos- y las utilizamos contra nosotros mismos. Las usamos para fomentar el odio entre diferentes personas, entre las familias, entre las naciones… Hacemos un mal uso de las palabras con gran frecuencia, y así es como creamos y perpetuamos el sueño del infierno. Con el uso erróneo de las palabras, nos perjudicamos los unos a los otros y nos mantenemos mutuamente en un estado de miedo y duda. Dado que las palabras son la magia que poseemos los seres humanos y su uso equivocado es magia negra, utilizamos la magia negra constantemente sin tener la menor idea de ello.
Considera las relaciones humanas diarias, e imagínate cuántas veces nos lanzamos hechizos los unos a los otros con nuestras palabras. Con el tiempo, esto se ha convertido en la peor forma de magia negra: son los chismes. Los chismes son magia negra de la peor clase, porque son puro veneno. Aprendimos a contar chismes por acuerdo. De niños, escuchábamos a los adultos que nos rodeaban chismorrear sin parar y expresar abiertamente su opinión sobre otras personas. Incluso opinaban sobre gente a la que no conocían. Mediante esas opiniones, transferían su veneno emocional, y nosotros aprendimos que ésta era la manera normal de comunicarse.
Si adoptamos el Primer Acuerdo y somos impecables con nuestras palabras, cualquier veneno emocional acabará por desaparecer de nuestra mente y dejaremos de transmitirlo en nuestras relaciones personales. Es la manera que utilizamos para sentirnos cerca de otras personas, porque ver que alguien se siente tan mal como nosotros, nos hace sentir mejor.
La impecabilidad de tus palabras también te proporcionará inmunidad frente a cualquier persona que te lance un hechizo. Solamente recibirás una idea negativa si tu mente es un campo fértil para ella.Cuando eres impecable con tus palabras, tu mente deja de ser un campo fértil para las palabras que surgen de la magia negra, pero sí lo es para las que surgen del amor. Puedes medir la impecabilidad de tus palabras a partir de tu nivel de autoestima. La cantidad de amor que sientes por ti es directamente proporcional a la calidad e integridad de tus palabras. Cuando eres impecable con tus palabras, te sientes bien, eres feliz y estás en paz.
Puedes trascender el sueño del infierno sólo con llegar al acuerdo de ser impecable con tus palabras. Ahora mismo estoy plantando una semilla en tu mente. Que crezca o no, dependerá de lo fértil que sea tu mente para recibir las semillas del amor. Tú decides si llegas o no a establecer este acuerdo contigo mismo: Soy impecable con mis palabras. Nutre esta semilla, y a medida que crezca en tu mente, generará más semillas de amor que reemplazarán a las del miedo. El Primer Acuerdo cambiará el tipo de semillas para las que tu mente resulta fértil.
Sé impecable con tus palabras. Este es el primer acuerdo al que debes llegar si quieres ser libre, ser feliz y trascender el nivel de existencia del infierno. Es muy poderoso. Utiliza tus palabras apropiadamente. Empléalas para compartir tu amor. Usa la magia blanca empezando por ti. Dite a ti mismo que eres una persona maravillosa, fantástica. Dite cuánto te amas. Utiliza las palabras para romper todos esos pequeños acuerdos que te hacen sufrir.
Imagínate lo que es posible crear sólo con la impecabilidad de las palabras. Trascenderás el sueño del miedo y llevarás una vida diferente. Podrás vivir en el cielo en medio de miles de personas que viven en el infierno, porque serás inmune a él. Alcanzarás el reino de los cielos con este acuerdo: Sé impecable con tus palabras.
El Segundo Acuerdo consiste en no tomarte nada personalmente. Suceda lo que suceda a tu alrededor no te lo tomes personalmente. Utilizando un ejemplo anterior, si te encuentro en la calle y te digo: «¡Eh, eres un estúpido!», sin conocerte, no me refiero a ti, sino a mí. Si te lo tomas personalmente, tal vez te creas que eres un estúpido. Quizá te digas a ti mismo: «¿Cómo lo sabe? ¿Acaso es clarividente o es que todos pueden ver lo estúpido que soy?».
Te lo tomas personalmente porque estás de acuerdo con cualquier cosa que se diga. Y tan pronto como estás de acuerdo, el veneno te recorre y te encuentras atrapado en el sueño del infierno. El motivo de que estés atrapado es lo que llamamos «la importancia personal». La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor. Durante el período de nuestra educación (o de nuestra domesticación), aprendimos a tomarnos todas las cosas de forma personal. Creemos que somos responsables de todo. ¡Yo, yo, yo y siempre yo! Nada de lo que los demás hacen es por ti. Lo hacen por ellos mismos.
Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente; los demás están en un mundo completamente distinto de aquel en que vive cada uno de nosotros. Cuando nos tomamos personalmente lo que alguien nos dice, suponemos que sabe lo que hay en nuestro mundo e intentamos imponérselo por encima del suyo. Incluso cuando una situación parece muy personal, por ejemplo cuando alguien te insulta directamente, eso no tiene nada que ver contigo. Lo que esa persona dice, lo que hace y las opiniones que expresa responden a los acuerdos que ha establecido en su propia mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su domesticación.
Si alguien te da su opinión y te dice: «¡Oye, estás muy gordo!», no te lo tomes personalmente, porque la verdad es que se refiere a sus propios sentimientos, creencias y opiniones. Esa persona intentó enviarte su veneno, y si te lo tomas personalmente, lo recoges y se convierte en tuyo. Tomarse las cosas personalmente te convierte en una presa fácil para esos depredadores, los magos negros. Les resulta fácil atraparte con una simple opinión, después te alimentan con el veneno que quieren, y como te lo tomas personalmente, te lo tragas sin rechistar. Te comes toda su basura emocional y la conviertes en tu propia basura. Pero si no te lo tomas personalmente, serás inmune a todo veneno aunque te encuentres en medio del infierno. Esa inmunidad es un don de este acuerdo. Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos. Haces una montaña de un grano de arena porque sientes la necesidad de tener razón y de que los demás estén equivocados. También te esfuerzas en demostrarles que tienes razón dando tus propias opiniones. Del mismo modo, cualquier cosa que sientas o hagas no es más que una proyección de tu propio sueño personal, un reflejo de tus propios acuerdos. Lo que dices, lo que haces y las opiniones que tienes se basan en los acuerdos que tú has establecido y no tienen nada que ver conmigo.
Lo que pienses de mí no es importante para mí y no me lo tomo personalmente. Cuando la gente me dice: «Miguel, eres el mejor», no me lo tomo personalmente y tampoco lo hago cuando me dice: «Miguel, eres el peor». Sé que cuando estés contento, me dirás: «¡Miguel, eres un ángel!». Pero cuando estés enfadado conmigo, me dirás: «¡Oh, Miguel, eres un demonio! Eres repugnante. ¿Cómo puedes decir esas cosas?». Ninguno de los dos comentarios me afecta porque yo sé lo que soy. No necesito que me acepten. No necesito que nadie me diga: «¡Miguel, qué bien lo haces!», o: «¿Cómo eres capaz de hacer eso?».
No, no me lo tomo personalmente. Pienses lo que pienses, sientas lo que sientas, sé que se trata de tu problema y no del mío. Es tu manera de ver el mundo. No me lo tomo de un modo personal porque te refieres a ti mismo y no a mí. Los demás tienen sus propias opiniones según su sistema de creencias, de modo que nada de lo que piensen de mí estará realmente relacionado conmigo, sino con ellos.
Es posible que incluso me digas: «Miguel, lo que dices me duele». Pero lo que te duele no es lo que yo digo, sino las heridas que tienes y que yo he rozado con lo que he dicho. Eres tú mismo quien se hace daño. No me lo puedo tomar personalmente en modo alguno, y no porque no crea ni confíe en ti, sino porque sé que ves el mundo con distintos ojos, con los tuyos.
Creas una película entera en tu mente y en ella tú eres el director, el productor y el protagonista. Todos los demás tenemos papeles secundarios. Es tu película. La manera en que ves esa película se basa en los acuerdos que has establecido con la vida. Tu punto de vista es algo personal tuyo. No es la verdad de nadie más que de ti. Por consiguiente, si te enfadas conmigo, sé que eso está relacionado contigo. Yo soy la excusa para que tú te enfades. Y te enfadas porque tienes miedo, porque te enfrentas a tu miedo. Si no tuvieras miedo, no te enfadarías conmigo en modo alguno. Si no tuvieras miedo, no me odiarías en modo alguno. Si no tuvieras miedo, no estarías triste ni celoso en modo alguno.
Si vives sin miedo, si amas, no hay lugar para ninguna de esas emociones. Si no tienes ninguna de esas emociones, lógicamente te sientes bien. Cuando te sientes bien, todo lo que te rodea está bien. Cuando todo lo que te rodea es magnífico, todo te hace feliz. Amas todo lo que te rodea porque te amas a ti mismo, porque te gusta como eres, porque estás contento contigo mismo, porque te sientes feliz con tu vida. Estás satisfecho con la película que tú mismo produces y con los acuerdos que has establecido con la vida. Estás en paz y eres feliz. Vives en ese estado de dicha en el que todo es verdaderamente maravilloso y bello. En ese estado de dicha, estableces una relación de amor con todo lo que percibes en todo momento.
Sea lo que sea lo que la gente haga, piense o diga, no te lo tomes personalmente. Si te dice que eres maravilloso, no lo dice por ti. Tú sabes que eres maravilloso. No es necesario que otras personas te lo digan para creerlo. No te tomes nada personalmente. Aun cuando alguien agarrase una pistola y te disparase en la cabeza, no sería nada personal. Incluso hasta ese extremo. Ni siquiera las opiniones que tienes sobre ti mismo son necesariamente verdad; por consiguiente, no tienes la menor necesidad de tomarte cualquier cosa que oigas en tu propia mente personalmente. La mente tiene la capacidad de hablarse a sí misma, pero también tiene la capacidad de escuchar la información que está disponible de otras esferas.
La mente también es capaz de hablarse y escucharse a sí misma. Tu mente está dividida, igual que lo está tu cuerpo. Del mismo modo en que puedes estrechar con una mano tu otra mano y sentirla, la mente puede hablar consigo misma. Una parte de tu mente habla y otra escucha. Cuando muchas partes de tu mente hablan todas al mismo tiempo, se origina un gran problema. A esto lo llamamos mitote, ¿recuerdas? Podemos comparar el mitote con un enorme mercado en el que miles de personas hablan y hacen trueques a la vez. Cada una tiene pensamientos y sentimientos diferentes; cada una tiene un punto de vista distinto. Todos los acuerdos que hemos establecido -la programación de la mente- no son necesariamente compatibles entre sí. Cada acuerdo es como un ser vivo independiente; tiene su propia personalidad y su propia voz. Hay acuerdos incompatibles, que se contradicen los unos a los otros, y el conflicto se va extendiendo hasta que estalla una gran guerra en la mente.
El mitote es la razón por la que los seres humanos apenas saben lo que quieren, cómo lo quieren o cuándo lo quieren. No están de acuerdo con ellos mismos porque unas partes de la mente quieren una cosa y otras quieren exactamente lo contrario. Una parte de la mente pone objeciones a determinados pensamientos y actos y otra los apoya. Todos estos pequeños seres vivientes crean conflictos internos porque están vivos y cada uno tiene su propia voz. Únicamente si hacemos un inventario de nuestros acuerdos destaparemos todos los conflictos de la mente y, con el tiempo, llegaremos a extraer orden del caos del mitote.
No te tomes nada personalmente porque, si lo haces, te expones a sufrir por nada. Los seres humanos somos adictos al sufrimiento en diferentes niveles y distintos grados; nos apoyamos los unos a los otros para mantener esta adicción. Hemos acordado ayudarnos mutuamente a sufrir. Si tienes la necesidad de que te maltraten, será fácil que los demás lo hagan. Del mismo modo, si estás con personas que necesitan sufrir, algo en ti hará que las maltrates. Es como si llevasen un cartel en la espalda que dijera: «Patéame, por favor». Piden una justificación para su sufrimiento. Su adicción al sufrimiento no es más que un acuerdo que refuerzan a diario.
Vayas donde vayas, encontrarás a gente que te mentirá, pero a medida que tu conciencia se expanda, descubrirás que tú también te mientes a ti mismo. No esperes que los demás te digan la verdad, porque ellos también se mienten a sí mismos. Tienes que confiar en ti y decidir si crees o no lo que alguien te dice. Cuando realmente vemos a los demás tal como son sin tomárnoslo personalmente, lo que hagan o digan no nos dañará. Aunque los demás te mientan, no importa. Te mienten porque tienen miedo. Tienen miedo de que descubras que no son perfectos. Quitarse la máscara social resulta doloroso. Si los demás dicen una cosa, pero hacen otra y tú no prestas atención a sus actos, te mientes a ti mismo. Pero si eres veraz contigo mismo, te ahorrarás mucho dolor emocional. Decirte la verdad quizá resulte doloroso, pero no necesitas aferrarte al dolor. La curación está en camino; que las cosas te vayan mejor es sólo cuestión de tiempo.
Si alguien no te trata con amor ni respeto, que se aleje de ti es un regalo. Si esa persona no se va, lo más probable es que soportes muchos años de sufrimiento con ella. Que se marche quizá resulte doloroso durante un tiempo, pero finalmente tu corazón sanará. Entonces, elegirás lo que de verdad quieres. Descubrirás que, para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario que confíes en ti mismo.
Cuando no tomarte nada personalmente se convierta en un hábito firme y sólido, te evitarás muchos disgustos en la vida. Tu rabia, tus celos y tu envidia desaparecerán, y si no te tomas nada personalmente, incluso tu tristeza desaparecerá. Si conviertes el Segundo Acuerdo en un hábito, descubrirás que nada podrá devolverte al infierno. Una gran cantidad de libertad surge cuando no nos tomamos nada personalmente. Serás inmune a los magos negros y ningún hechizo te afectará, por muy fuerte que sea. El mundo entero puede contar chismes sobre ti, pero si no te los tomas personalmente, serás inmune a ellos. Alguien puede enviarte veneno emocional de forma intencionada, pero si no te lo tomas personalmente, no te lo tragarás. Cuando no tomas el veneno emocional, se vuelve más nocivo para el que lo envía, pero no para ti.
Ya puedes ver cuán importante es este acuerdo. No tomar nada personalmente te ayuda a romper muchos hábitos y costumbres que te mantienen atrapado en el sueño del infierno y te causan un sufrimiento innecesario. Si mantienes este acuerdo, viajarás por todo el mundo con el corazón abierto por completo y nadie te herirá. Dirás: «Te amo», sin miedo a que te rechacen o te ridiculicen. Pedirás lo que necesites. Dirás sí o dirás no -lo que tú decidas- sin culparte ni juzgarte. Siempre puedes seguir a tu corazón. Si lo haces, aunque estés en medio del infierno, experimentarás felicidad y paz interior. Permanecerás en tu estado de dicha y el infierno no te afectará en absoluto.
El tercer acuerdo consiste en no hacer suposiciones. Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan -nos lo tomamos personalmente – y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que hacemos suposiciones, nos buscamos problemas. Hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada.
Toda la tristeza y los dramas que has experimentado tenían sus raíces en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te tomaste personalmente. Concédete un momento para considerar la verdad de esta afirmación. Toda la cuestión del dominio entre los seres humanos gira alrededor de las suposiciones y el tomarse las cosas personalmente. Todo nuestro sueño del infierno se basa en ello.
Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque por lo general, empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. Recuerda que chismorrear es nuestra forma de comunicarnos y enviarnos veneno los unos a los otros en el sueño del infierno. Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos que son ciertas; después, las defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón. Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento.
El gran mitote de la mente humana crea un enorme caos que nos lleva a interpretar y entender mal todas las cosas. Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal como son. Tenemos la costumbre de soñar sin basarnos en la realidad. Literalmente, inventamos las cosas en nuestra imaginación. Como no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su significado y cuando la verdad aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no era en absoluto lo que nosotros creíamos.
Un ejemplo: Andas por el paseo y ves a una persona que te gusta. Se vuelve hacia ti, te sonríe y después se aleja. Sólo con esta experiencia puedes hacer muchas suposiciones. Con ellas es posible crear toda una fantasía. Y tú verdaderamente quieres creerte la fantasía y convertirla en realidad. Empiezas a crear un sueño completo a partir de tus suposiciones y puede que te lo creas: «Realmente le gusto mucho». A partir de esto, en tu mente empieza una relación entera. Quizás, en tu mundo de fantasía, hasta llegues a casarte con esa persona. Pero la fantasía está en tu mente, en tu sueño personal.
Hacer suposiciones en nuestras relaciones significa buscarse problemas. A menudo, suponemos que nuestra pareja sabe lo que pensamos y que no es necesario que le digamos lo que queremos. Suponemos que hará lo que queremos porque nos conoce muy bien. Si no hace lo que creemos que debería hacer, nos sentimos realmente heridos y decimos: «Deberías haberlo sabido».
Otro ejemplo: Decides casarte y supones que tu pareja ve el matrimonio de la misma manera que tú. Después, al vivir juntos, descubres que no es así. Esto crea muchos conflictos; sin embargo, no intentas clarificar tus sentimientos sobre el matrimonio. El marido regresa a casa del trabajo. La mujer está furiosa y el marido no sabe por qué. Quizá sea porque la mujer hizo una suposición. No le dice a su marido lo que quiere porque supone que él la conoce tan bien que ya lo sabe, como si pudiese leer su mente. Se disgusta porque él no satisface sus expectativas. Hacer suposiciones en las relaciones conduce a muchas disputas, dificultades y malentendidos con las personas que supuestamente amamos.
En cualquier tipo de relación, podemos suponer que los demás saben lo que pensamos y que no es necesario que digamos lo que queremos. Harán lo que queremos porque nos conocen muy bien. Si no lo hacen, si no hacen lo que creemos que deberían hacer, nos sentimos heridos y pensamos: «¿Cómo ha podido hacer eso? Debería haberlo sabido». Suponemos que la otra persona sabe lo que queremos. Creamos un drama completo porque hacemos esta suposición y después añadimos otras más encima de ella.
El funcionamiento de la mente humana es muy interesante. Necesitamos justificarlo, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros. Tenemos millones de preguntas que precisan respuesta porque hay muchas cosas que la mente racional es incapaz de explicar. No importa si la respuesta es correcta o no; por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros.
Esta es la razón por la cual hacemos suposiciones. Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos dicen nada, también las hacemos para satisfacer nuestra necesidad de saber y reemplazar la necesidad de comunicarnos. Incluso si oímos algo y no lo entendemos, hacemos suposiciones sobre lo que significa, y después, creemos en ellas. Hacemos todo tipo de suposiciones porque no tenemos el valor de preguntar.
La mayoría de las veces, hacemos nuestras suposiciones con gran rapidez y de una manera inconsciente, porque hemos establecido acuerdos para comunicarnos de esta forma. Hemos acordado que hacer preguntas es peligroso y que la gente que nos ama debería saber qué queremos o cómo nos sentimos. Cuando creemos algo, suponemos que tenemos razón hasta el punto de llegar a destruir nuestras relaciones para defender nuestra posición.
Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros. Suponemos que los demás piensan, sienten, juzgan y maltratan como nosotros lo hacemos. Esta es la mayor suposición que podemos hacer y es la razón por la cual nos da miedo ser nosotros mismos ante los demás, porque creemos que nos juzgarán, nos convertirán en sus víctimas, nos maltratarán y nos culparán como nosotros mismos lo hacemos. De modo que, incluso antes de que los demás tengan la oportunidad de rechazarnos, nosotros ya nos hemos rechazado a nosotros mismos. Así es como funciona la mente humana.
También hacemos suposiciones sobre nosotros mismos y esto crea muchos conflictos internos. Por ejemplo, supones que eres capaz de hacer algo y después descubres que no lo eres. Te sobrestimas o te subestimas a ti mismo porque no te has tomado el tiempo necesario para hacerte preguntas y contestártelas. Tal vez necesites más datos sobre una situación en particular. O quizá necesites dejar de mentirte a ti mismo sobre lo que verdaderamente quieres.
A menudo, cuando inicias una relación con alguien que te gusta, tienes que justificar por qué te gusta. Sólo ves lo que quieres ver y niegas que algunos aspectos de esa persona te disgustan. Te mientes a ti mismo con el único fin de sentir que tienes razón. Después haces suposiciones y una de ellas es: «Mi amor cambiará a esta persona». Pero no es verdad. Tu amor no cambiará a nadie. Si las personas cambian es porque quieren cambiar, no porque tú puedas cambiarlas. Entonces, ocurre algo entre vosotros dos y te sientes dolido. De pronto, ves lo que no quisiste ver antes, sólo que ahora está amplificado por tu veneno emocional. Ahora tienes que justificar tu dolor emocional y echar la culpa de tus decisiones a los demás. No es necesario que justifiquemos el amor; está presente o no lo está. El amor verdadero es aceptar a los demás tal como son, sin tratar de cambiarlos. Si intentamos cambiarlos significa que, en realidad, no nos gustan. Por supuesto, si decides vivir con alguien, si llegas a ese acuerdo, siempre será mejor que esa persona sea exactamente como tú quieres que sea. Encuentra a alguien a quien no tengas que cambiar en absoluto. Resulta mucho más fácil hallar a alguien que ya sea como tú quieres que sea, que intentar cambiar a una persona. Además, ese alguien debe quererte tal como eres para no tener que hacerte cambiar en absoluto. Si otras personas piensan que tienes que cambiar, eso significa que, en realidad, no te aman tal como eres.
¿Y para qué estar con alguien si tú no eres tal como quiere que seas? Debemos ser quienes somos, de modo que no tenemos que presentar una falsa imagen. Si me amas tal como soy, muy bien, tómame. Si no me amas tal como soy, muy bien, adiós. Búscate a otro. Quizá suene duro, pero este tipo de comunicación significa que los acuerdos personales que establecemos con los demás son claros e impecables. Imagínate tan sólo el día en que dejes de suponer cosas de tu pareja, y a la larga, de cualquier otra persona de tu vida. Tu manera de comunicarte cambiará completamente y tus relaciones ya no sufrirán más a causa de conflictos creados por suposiciones equivocadas.
La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras. Si no comprendes alguna, ten el valor de preguntar hasta clarificarlo todo lo posible, e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular. Una vez que escuches la respuesta, no tendrás que hacer suposiciones porque sabrás la verdad.
Asimismo, encuentra tu voz para preguntar lo que quieres. Todo el mundo tiene derecho a contestarte «sí» o «no», pero tú siempre tendrás derecho a preguntar. Del mismo modo, todo el mundo tiene derecho a preguntarte y tú tienes derecho a contestar «sí» o «no».
Si no entiendes algo, en lugar de hacer una suposición, es mejor que preguntes y que seas claro. El día que dejes de hacer suposiciones, te comunicarás con habilidad y claridad, libre de veneno emocional. Cuando ya no hagas suposiciones, tus palabras se volverán impecables.
Con una comunicación clara, todas tus relaciones cambiarán, no sólo la que tienes con tu pareja, sino también todas las demás. No será necesario que hagas suposiciones porque todo se volverá muy claro. Esto es lo que yo quiero y esto es lo que tú quieres. Si nos comunicamos de esta manera, nuestras palabras se volverán impecables. Si todos los seres humanos fuésemos capaces de comunicarnos de esta manera, con la impecabilidad de nuestras palabras, no habría guerras, ni violencia ni disputas. Sólo con que fuésemos capaces de tener una comunicación buena y clara, todos nuestros problemas se resolverían.
Este es, pues, el Tercer Acuerdo: No hagas suposiciones.
El Cuarto Acuerdo «Haz siempre lo máximo que puedas»
Sólo hay un acuerdo más, pero es el que permite que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados. El Cuarto Acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros: Haz siempre lo máximo que puedas.
Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Pero piensa que eso va a variar de un momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian continuamente, de modo que, en ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad, y en otras no será tan bueno. Cuando te despiertas renovado y lleno de vigor por la mañana, tu rendimiento es mejor que por la noche cuando estás agotado. Lo máximo que puedas hacer será distinto cuándo estés sano que cuando estés enfermo, o cuando estés sobrio que cuando hayas bebido. Tu rendimiento dependerá de que te sientas de maravilla y feliz o disgustado, enfadado o celoso.
En tus estados de ánimo diarios, lo máximo que podrás hacer cambiará de un momento a otro, de una hora a otra, de un día a otro. También cambiará con el tiempo. A medida que vayas adquiriendo el hábito de los cuatro nuevos acuerdos, tu rendimiento será mejor de lo que solía ser.
Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria y, al final, tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches.
Limítate a hacer lo máximo que puedas, en cualquier circunstancia de tu vida. No importa si estás enfermo o cansado, si siempre haces lo máximo que puedas, no te juzgarás a ti mismo en modo alguno. Y si no te juzgas, no te harás reproches, ni te culparás ni te castigarás en absoluto. Si haces siempre lo máximo que puedas, romperás el fuerte hechizo al que estás sometido.
Había una vez un hombre que quería trascender su sufrimiento, de modo que se fue a un templo budista para encontrar a un maestro que le ayudase. Se acercó a él y le dijo:
«Maestro, si medito cuatro horas al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar la iluminación?». El maestro le miró y le respondió: «Sí meditas cuatro horas al día, tal vez lo consigas dentro de diez años».
El hombre, pensando que podía hacer más, le dijo: «Maestro, y si medito ocho horas al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar la iluminación?».
El maestro le miró y le respondió: «Si meditas ocho horas al día, tal vez lo lograrás dentro de veinte años».
«Pero ¿por qué tardaré más tiempo si medito más?», preguntó el hombre.
El maestro contestó: «No estás aquí para sacrificar tu alegría ni tu vida. Estás aquí para vivir, para ser feliz y para amar. Si puedes alcanzar tu máximo nivel en dos horas de meditación, pero utilizas ocho, sólo conseguirás agotarte, apartarte del verdadero sentido de la meditación y no disfrutar de tu vida. Haz lo máximo que puedas y tal vez aprenderás que independientemente del tiempo que medites, puedes vivir, amar y ser feliz».
Si haces lo máximo que puedas, vivirás con gran intensidad. Serás productivo y serás bueno contigo mismo porque te entregarás a tu familia, a tu comunidad, a todo. Pero la acción es lo que te hará sentir inmensamente feliz. Siempre que haces lo máximo que puedes, actúas. Hacer lo máximo que puedas significa actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una recompensa. La mayor parte de las personas hacen exactamente lo contrario: sólo emprenden la acción cuándo esperan una recompensa y no disfrutan de ella. Y ese es el motivo por el que no hacen lo máximo que pueden.
Por ejemplo, la mayoría de las personas van a trabajar y piensan únicamente en el día de pago y en el dinero que obtendrán por su trabajo. Están impacientes esperando a que llegue el viernes o el sábado, el día en el que reciben su salario y pueden tomarse unas horas libres. Trabajan por su recompensa y el resultado es que se resisten al trabajo. Intentan evitar la acción; ésta entonces se vuelve cada vez más difícil y esas personas no hacen lo máximo que pueden. Trabajan muy duramente durante toda la semana, soportan el trabajo, soportan la acción, no porque les guste, sino porque sienten que es lo que deben hacer. Tienen que trabajar porque han de pagar el alquiler y mantener a su familia. Son personas frustradas y cuando reciben su paga, no se sienten felices.
Tienen dos días para descansar, para hacer lo que les apetezca y ¿qué es lo que hacen? Intentan escaparse. Se emborrachan porque no se gustan a sí mismos. No les gusta su vida. Cuando no nos gusta como somos, nos herimos de muy diversas maneras. Sin embargo, si emprendes la acción por el puro placer de hacerlo, sin esperar una recompensa, descubrirás que disfrutas de cada cosa que llevas a cabo. Las recompensas llegarán, pero tú no estarás apegado a ellas. Si no esperas una recompensa, es posible que incluso llegues a conseguir más de lo que hubieses imaginado. Si nos gusta lo que hacemos y si siempre hacemos lo máximo que podemos, entonces disfrutamos realmente de nuestra vida. Nos divertimos, no nos aburrimos y no nos sentimos frustrados.
Cuando haces lo máximo que puedes, no le das al Juez la oportunidad de que dicte sentencia y te considere culpable. Si has hecho lo máximo que podías y el Juez intenta juzgarte basándose en tu Libro de la Ley, tú tienes la respuesta: «Hice lo máximo que podía». No hay reproches. Ésta es la razón por la cual siempre hacemos lo máximo que podemos. No es un acuerdo que sea fácil de mantener, pero te hará realmente libre. Cuando haces lo máximo que puedes, aprendes a aceptarte a ti mismo, pero tienes que ser consciente y aprender de tus errores. Eso significa practicar, comprobar los resultados con honestidad y continuar practicando. Así se expande la conciencia.
Cuando haces lo máximo que puedes no parece que trabajes, porque disfrutas de todo lo que haces. Sabes que haces lo máximo que puedes cuando disfrutas de la acción o la llevas a cabo de una manera que no te repercute negativamente. Haces lo máximo que puedes porque quieres hacerlo, no porque tengas que hacerlo, ni por complacer al juez o a los demás. Si emprendes la acción porque te sientes obligado, entonces, de ninguna manera harás lo máximo que puedas. En ese caso, es mejor no hacerlo. Cuando haces lo máximo que puedes, siempre te sientes muy feliz; por eso lo haces. Cuando haces lo máximo que puedes por el mero placer de hacerlo, emprendes la acción porque disfrutas de ella.
La acción consiste en vivir con plenitud. La inacción es nuestra forma de negar la vida, y consiste en sentarse delante del televisor cada día durante años porque te da miedo estar vivo y arriesgarte a expresar lo que eres. Expresar lo que eres es emprender la acción. Puede que tengas grandes ideas en la cabeza, pero lo que importa es la acción. Una idea, si no se lleva a cabo, no producirá ninguna manifestación, ni resultados ni recompensas.
Hacer lo máximo que puedas es un gran hábito que te conviene adquirir. Yo hago lo máximo que puedo en todo lo que emprendo y siento. Hacerlo se ha convertido en un ritual que forma parte de mi vida, porque estás vivo. No disfrutar de lo que sucede ahora mismo es vivir en el pasado, es vivir sólo a medias. Esto conduce a la autocompasión, el sufrimiento y las lágrimas.
Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. No te resistas a que la vida pase por ti, porque es Dios que pasa a través de ti. Tu existencia prueba, por sí sola, la existencia de Dios. Tu existencia prueba la existencia de la vida y la energía.
No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y disfrutar de nuestra vida, es lo único que importa. Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí. Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces lo máximo que puedes. Cuando no lo haces, te niegas el derecho a ser tú mismo. Ésta es una semilla que deberías nutrir en tu mente. No necesitas muchos conocimientos ni grandes conceptos filosóficos. No necesitas que los demás te acepten. Expresas tu propia divinidad mediante tu vida y el amor por ti mismo y por los demás.
Los tres primeros acuerdos sólo funcionarán si haces lo máximo que puedas. No esperes ser siempre impecable con tus palabras. Tus hábitos rutinarios son demasiado fuertes y están firmemente arraigados en tu mente. Pero puedes hacer lo máximo posible. No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente; sólo haz lo máximo que puedas. No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, pero sí puedes hacer lo máximo posible.
Si haces lo máximo que puedas, hábitos como emplear mal tus palabras, tomarte las cosas personalmente y hacer suposiciones se debilitarán y con el tiempo, serán menos frecuentes. No es necesario que te juzgues a ti mismo, que te sientas culpable o que te castigues por no ser capaz de mantener estos acuerdos. Cuando haces lo máximo que puedes, te sientes bien contigo mismo aunque todavía hagas suposiciones, aunque todavía te tomes las cosas personalmente y aunque todavía no seas impecable con tus palabras.
Si siempre haces lo máximo que puedas, una y otra vez, te convertirás en un maestro de la transformación. La práctica forma al maestro. Todo lo que sabes lo has aprendido mediante la repetición.
Si haces lo máximo que puedas en la búsqueda de tu libertad personal y de tu autoestima, descubrirás que encontrar lo que buscas es sólo cuestión de tiempo. No se trata de soñar despierto ni de sentarse varias horas a soñar mientras meditas. Debes ponerte en pie y actuar como un ser humano. Debes honrar al hombre o la mujer que eres. Debes respetar tu cuerpo, disfrutarlo, amarlo, alimentarlo, limpiarlo y sanarlo. Ejercítalo y haz todo lo que le haga sentirse bien. Tu propio cuerpo es una manifestación de Dios, y si honras a tu cuerpo, todo cambiará para ti. Cuando des amor a todas las partes de tu cuerpo, plantarás semillas de amor en tu mente, y cuando crezcan, amarás, honrarás y respetarás tu cuerpo inmensamente.
Cuando honres estos cuatro acuerdos juntos, ya no vivirás más en el infierno. Definitivamente, no. Si eres impecable con tus palabras, no te tomas nada personalmente, no haces suposiciones y siempre haces lo máximo que puedas, tu vida será maravillosa y la controlarás totalmente.
Los Cuatro Acuerdos son un resumen de la maestría de la transformación, una de las maestrías de los Toltecas. Transformas el infierno en cielo. Sólo tienes que adoptarlos y respetar su significado y su poder.
Susan George
Presidenta de honor de ATTAC. Susan George, activista y
pensadora, preside la Asociación para la Tasación de las
Transacciones Financieras y la Ayuda a la Ciudadanía.
«Los españoles son ratas de laboratorio:
a ver cuánto castigo toleran sin rebelarse»
Levante EL MERCANTIL VALENCIANO MIÉRCOLES, 17 DE OCTUBRE DE 2012 13
La filósofa avisa que «lo importante no es el coche oficial
de los políticos, sino que el Estado gobierne para el mercado»
Decir de Susan George que es una activista y pensadora es empequeñecer la figura de esta combativa estadounidense afincada en Paris. Ejerce como presidentade honor de ATTAC, la Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras y la Ayuda a la Ciudadanía. Y su ensayoEl Informe Lugano, en el que imagina un terrorífico escenario ecológico, económico, laboral y social hacia el que abocaba el capitalismo del siglo XXI constituye una biblia para los movimientos sociales y el anticapitalismo. Anteanoche, George inauguró en Valencia el IV Máster en Derechos Humanos,Democracia y Justicia Internacional de la UV. Aquí comienza con una alerta: «La democracia está en peligro» ante «el ataque de «la clase de Davos: una clase transnacional desvinculada de la suerte del resto de la sociedad y compuesta
por las altas finanzas, las empresas transnacionales y algunos gobiernos que consideran que la democracia
es demasiado lenta».
Usted denuncia el «austericidio» de Europa: "Es que la actual política de austeridad, en particular en Grecia y España, es inaceptable. Es inaceptable que la mitad de jóvenes españoles no tenga trabajo. ¿Para quién se gobierna? Porque ésa es la gran cuestión en democracia. Las constituciones de Estados Unidos, Francia —y me imagino que también la de España— subrayan que el pueblo es soberano. Pero con este principio de austeridad aprobado por Europa, ¿se gobierna para la gente o para los mercados financieros?".
Cree entonces que el pueblo ya no es soberano…"El pueblo está deviniendo cada vez menos soberano. Y con el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de la UE se está robando no sólo el poder a los ciudadanos, sino también a los representantes de los ciudadanos. Por tanto,ni tenemos democracia directa, ni democracia representativa. Pero apenas reaccionamos…Está el frente de los indignados y algunos huelguistas. Pero la última huelga en España no ha tenido éxito.Y pienso que es porque la gente tiene miedo de perder su trabajo.Yo comprendo ese miedo, porque el miedo es la disciplina de una sociedad capitalista, que usa el miedo individual para disciplinar y calmar la población con el objetivo de que acepte lo que le digan. De hecho, creo que los griegos y los españoles son como ratas de laboratorio para ver qué nivel
de castigo y sufrimiento puede ser aceptado por esta sociedad sin que la gente se rebele. Eso puede alentar al fascismo.".
¿Considera que la extrema derecha saldrá reforzada? "Es el paradigma clásico que ya vimos en los años y : el poder de la extrema derecha. Pienso que es normal. ¿Hacia dónde se volverán
as personas sin formación? Mirarán al vecino, al inmigrante que tienen al lado… Desgraciadamente, es una reacción que ya hemos visto y para la que hemos de estar preparados. Con la crisis, la población española ha redoblado sus críticas contra los sueldos y privilegios de los políticos. ¿Eso es desviar la atención de lo importante? ¡Pero si son los banqueros a los que deberían criticar! La actual crisis es la continuación de lo que ocurrió en y por culpa de los banqueros y, en España, de la burbuja inmobiliaria, que al final también era culpa de los bancos por dar préstamos imprudentes y alimentar esta burbuja. Sin embargo, cuando estalló la burbuja, fue el Estado el que asumió la deuda privada. La deuda pública de España era muy moderada cuando estalló la crisis. Sin déficit y con el de deuda pública, cuando se
permitía tener hasta el . ¡Estabais perfectos, mejor que Alemania! Pero el Estado cargó con la deuda de los bancos. Y ha gastado muchísimo dinero para capitalizar y salvar los mismos bancos que habían causado el problema. Por eso la deuda pública aumentó muy rápidamente. Es una respuesta muy larga a la pregunta, pero no es el coche oficial de los políticos lo importante, sino que el Estado gobierna para los mercados financieros y no para el pueblo. Se ha castigado a los inocentes y los culpables han sido recompensados.
¿Y, ante ello, qué pueden hacer los ciudadanos españoles? Unirse. Unirse los estudiantes, los parados, los jubilados, los trabajadores, los sindicalistas, los agricultores…Todo el mundo ha de unirse contra esta realidad. Porque la clase de Davos, que es la que gobierna por ellos, está muy unida. En Pakistán, una niña que quería estudiar ha sido víctima de un atentado que casi le arranca la vida. ¿El mundo está loco? No, el mundo no está loco. El mundo musulmán de los talibanes es sexista, machista y tiene un miedo terrible a la mujer, a la sexualidad de la mujer y al poder de la mujer. Y cuando ellos tienen el poder, lo utilizan para oprimir a las mujeres. Puede llamársele locura, pero responde al interés de los hombres por coartar la sexualidad femenina. Si Karl Marx resucitara y viera esta Europa, ¿qué pensaría? Él pensaría que la guerra de clases está acabando y que los ricos la están ganando. De eso trata mi próximo libro, que publicará Planeta en España en febrero y que se titulará El Informe Lugano . Cómo ganar la guerra de clases. El subtítulo procede de una frase de Warren Buffet, la tercera fortuna del mundo, que escribió: «Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando».
Es cierto. ¡Claro! Y por eso hay que unirse y no dejarse perder. Porque en juego está la democracia y todo lo que hemos hecho desde el siglo XVIII. Todo aquello que los europeos hemos hecho desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Todo lo que los españoles han hecho desde el final del franquismo.
ACTITUDES FRENTE A LA CRISIS ACTUAL
Escrito por Leonardo Boff. De Fe Adulta
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Nadie puede quedar indiferente frente a la crisis actual. Urge una decisión y encontrar una salida liberadora. Aquí presentamos varias actitudes para ver cuál de ellas es la más adecuada a fin de evitar engañarse.
La primera es la de los catastrofistas: la fuga hacia el fondo. Estos enfatizan el lado de caos que encierra toda crisis. Ven la crisis como catástrofe, descomposición y fin del orden vigente. Para ellos la crisis es algo anormal que debemos evitar a toda costa. Sólo aceptan ciertos ajustes y cambios dentro de la misma estructura. Pero lo hacen con tantos peros que recortan cualquier irrupción innovadora.
Contra estos catastrofistas ya decía el buen papa Juan XXIII, refiriéndose a la Iglesia, pero es aplicable a cualquier campo: «La vida concreta no es una colección de antigüedades. No se trata de visitar un museo o una academia del pasado. Se vive para progresar, si bien sacando provecho de las experiencias del pasado, pero para ir siempre más lejos».
La crisis generalizada no tiene que ser una caída hacia el abismo. Es válido lo que escribió un suizo que ama mucho a Brasil, el filósofo y pedagogo Pierre Furter: «Caracterizar la crisis como señal de un colapso universal, es una manera sutil y pérfida de impedir los cambios por parte de los poderosos y de los privilegiados, desvalorizándolos de antemano».
La segunda actitud es la de los conservadores: la fuga hacia atrás. Estos se orientan por el pasado, mirando por el retrovisor. En vez de aprovechar las fuerzas contenidas en la crisis actual, huyen hacia el pasado y buscan viejas soluciones para problemas nuevos. Por eso son arcaizantes e ineficaces.
Gran parte de las instituciones políticas y de los organismos económicos mundiales como el FMI, el Banco Mundial, la OMC, el G-20, pero también la mayoría de las Iglesias y de las religiones buscan dar solución a los graves problemas mundiales con las mismas concepciones. Favorecen la inercia y frenan soluciones innovadoras.
Dejando las cosas como están, éstas nos llevarán fatalmente al fracaso, a una crisis ecológica y humanitaria inimaginable. Como las fórmulas pasadas agotaron su fuerza de convencimiento y de innovación, acabarán transformando la crisis en una tragedia.
La tercera actitud es la de los utopistas: fuga hacia delante. Estos piensan resolver la situación-de-crisis huyendo hacia el futuro. Se sitúan dentro del mismo horizonte que los conservadores solo que en dirección contraria. Por eso, pueden llegar fácilmente a acuerdos con ellos.
Generalmente son voluntaristas y se olvidan de que en la historia solo se hacen las revoluciones que se hacen. El último slogan no es un pensamiento nuevo. Los críticos más audaces pueden ser también los más estériles. No es raro que la audacia contestataria no pase de ser una evasión para no enfrentarse a la dura realidad.
Circulan actualmente utopías futuristas de todo tipo, muchas de carácter esotérico como las que hablan de la alineación de energías cósmicas que están afectando a nuestras mentes. Otros proyectan utopías fundadas en el sueño de que la biotecnología y la nanotecnología podrán resolver todos los problemas y hacer inmortal la vida humana.
Una cuarta actitud es la de los escapistas: huyen hacia dentro. Se dan cuenta del oscurecimiento del horizonte y del conjunto de las convicciones fundamentales, pero hacen oídos sordos a la alarma ecológica y a los gritos de los oprimidos. Evitan la confrontación, prefieren no saber, no oír, no leer y no cuestionarse. Estas personas ya no quieren convivir. Prefieren la soledad del individuo pero generalmente conectado a internet y a las redes sociales.
Finalmente, hay una quinta actitud: la de los responsables: hacen frente al aquí y al ahora. Son los que elaboran una respuesta, por eso los llamo responsables. No temen, ni huyen, ni se evaden, sino que asumen el riesgo de abrir caminos. Buscan fortalecer las fuerzas positivas contenidas en la crisis y formulan respuestas a los problemas. No rechazan el pasado por ser pasado. Aprenden de él como un repositorio de grandes experiencias que no deben ser desperdiciadas, pero sin eximirse de hacer sus propias experiencias.
Los responsables se definen por un a favor y no simplemente por un contra. Tampoco se pierden en polémicas estériles. Trabajan y se comprometen profundamente en la realización de un modelo que corresponda a las necesidades del tiempo, abierto a la crítica y a la autocrítica, dispuestos siempre a aprender.
Lo que más se exige hoy son políticos, líderes, grupos, personas que se sientan responsables y fuercen el paso del tiempo viejo al nuevo tiempo.
Leonardo Boff
CÓMO ME IMAGINO YO A LA SAGRADA FAMILIA
Escrito por Mari Patxi Ayerra. De Fe Adulta.
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Como todos los años, hemos celebrado el día de la Sagrada Familia, que es la que nos cuentan formaron María, José y su hijo Jesús, hijo de Dios, a su vez. Hay muy poco escrito sobre ellos pero sabiendo cómo fue su vida en general y el mensaje que Jesús vino a traernos de cómo es nuestro Padre y cuantísimo nos quiere, es fácil imaginar cómo se viviría en aquella casa.
Me la supongo alegre, decorada, sencilla, con plantas, que María cuidaría con esmero, en la que se cocinaran guisos poco complicados, para tener más tiempo para atender a las personas. José trabajaría lo necesario para mantener a la familia, pero sin alargar excesivamente sus horarios para tener tiempo para ser un buen padre, amante y amigo.
El niño sería como todos, rico al principio, travieso y juguetón, daría guerra, tendría catarros y rompería algún adorno con el balón. Les haría pasar a sus padres alguna mala noche, con las enfermedades propias de la infancia y muchos momentos preciosos, con el crecimiento y aprendizaje, conforme fuera haciéndose persona, como todos los hijos del mundo.
Tendrían una casa abierta a los demás, con un plato preparado siempre, para el que llegara, y compartirían sus cosas y todos sus bienes con vecinos y familiares. Cuidarían la ropa, para poder pasársela a otros, especialmente la de Jesús que, se le quedaría pequeña conforme creciera y, aunque la heredaría de otros niños mayores, después se la pasarían a otros niños, zurciéndola con esmero, para que pudiera reutilizarla mucha gente.
Jesús imagino que sería un niño colaborador, de los que ayudan a llevar el cesto de la ropa, o el de las patatas, pondría la mesa, ayudaría a recoger y a "matrimoniar calcetines", compartiendo las tareas, pero no demasiado porque en aquellos tiempos las cosas de la casa eran solo responsabilidad de las mujeres. Pero como Jesús venía a cambiar las cosas, para mejorar la relación entre mujeres y hombres, pues ya iría compartiendo tareas y comprendiendo muy bien los cansancios y el trabajo que lleva la casa.
Seguramente sería un hogar en el que se reirían muchísimo, ya que el humor es una cualidad del amor y supongo que se amarían estupendamente. Se dirían las cosas con dulzura, se saludarían al levantarse con cariño, se servirían unos a otros, se adelantarían a recoger o a hacer cualquier cosilla pequeña, de las que forman la vida cotidiana. Imagino que Jesús aprendería de sus padres a ser cariñoso y a decir el amor, por eso luego supo ser tan buen amigo y comprender a toda persona que se encontraba.
También serían una familia religiosa en la que comenzarían el día saludando a Dios Padre y luego bendecirían y agradecerían los alimentos, rogando por los que hubieran participado en su cultivo o elaboración. Quizás, también hablarían un poco con su Padre Dios, al acostarse, dándole las gracias por los detalles y personas del día y por lo que leyeran en la Torá o en algún libro sagrado.
La realidad es que la Sagrada Familia, sería una familia de lo más normal. No harían nada especial, que no fuera lo que sueña toda pareja y persigue toda familia, que es el ayudarse a ser en plenitud, el potenciarse, salir queridos de casa, acompañarse mutuamente en las dificultades, consolarse, divertirse, descansarse unos a otros y cubrir las necesidades básicas en el hogar, como todo ser humano pretende.
Muchas veces las imágenes no les han hecho un gran favor y nos han presentado una familia extraña, con posturas nada naturales, como si Jesús y sus padres estuvieran toda la vida posando, por si les hacía una foto cualquier paparazzi que pasara por su hogar, a la caza de la última foto privada de los famosos de Nazareth.
Dios nos hizo un gran favor al hacerse hombre en Jesús para enseñarnos a vivir en una familia normal, especialmente pobre y sencilla, con el fin de demostrarnos que los preferidos de nuestro Padre son los más pobres. Pues que Dios bendiga nuestra familia actual y nos ayude a conseguir la gran familia humana, en la que todos nos tratemos como hermanos.
Mari Patxi Ayerra
Resumen de Periódico Digital y el comunicado que se concretó al final de las jornadas.Son señales de esperanza y que se va abriendo un camino de una iglesia más evangélica, voz de los que no tienen voz.
Reflexión de la Semana
La felicidad, un signo de sabiduría
Experimentar tristeza no es un signo de sabiduría. Cuando sentimos tristeza por algo, tenemos que entender que hay algo que nos falta por comprender. ¿Por qué deberíamos sentir tristeza? ¿Nos ayuda a nosotros o a los demás?
Interiormente, las personas se crean muchas situaciones difíciles para sí mismas. La arrogancia, por ejemplo, hace que sintamos que nos faltan al respeto y nos causa tristeza y malestar. La arrogancia nos genera un deseo de recibir consideración y respeto y cuando no los recibimos, lo interpretamos como un insulto. “Mira, hago tanto por ellos y así es como me lo pagan”. Si damos desde el corazón y no tenemos arrogancia, entonces no lo sentiremos así.
Si tenemos buenas virtudes y nuestras acciones son buenas, nuestro destino también será bueno.
Pero sentirse triste o infeliz por algo, incluso estar de mal humor, es como poner una gota de veneno en un frasco de néctar. Lo estropea. No sólo se lleva la paz, sino que conlleva infelicidad. ¡No es para eso para lo que estamos aquí! Lo bueno es que rápidamente podamos crear una atmósfera de gran felicidad y alegría a nuestro alrededor.
Las personas sienten tristeza cuando se agarran o se resisten a las situaciones. Olvidan que estas situaciones son externas a ellos mismos. Todo lo que necesitan es soltar. Cuando lo consigan, serán felices, se sentirán en paz y volverán a sonreír. ¡Cuantas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuándo nos hemos preguntado para qué tanto lío!
El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.
Cuando te sueltes de las cosas externas a ti, y llegues a ser libre, empezarás a sentirte en un estado de estabilidad, lleno de una felicidad que es independientemente de lo que suceda. La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fundidos en ella. Cuando hay paz y amor, sientes plenitud, te respetas a ti mismo y sientes gran fortaleza.
Interiormente, las personas se crean muchas situaciones difíciles para sí mismas. La arrogancia, por ejemplo, hace que sintamos que nos faltan al respeto y nos causa tristeza y malestar. La arrogancia nos genera un deseo de recibir consideración y respeto y cuando no los recibimos, lo interpretamos como un insulto. “Mira, hago tanto por ellos y así es como me lo pagan”. Si damos desde el corazón y no tenemos arrogancia, entonces no lo sentiremos así.
Si tenemos buenas virtudes y nuestras acciones son buenas, nuestro destino también será bueno.
Pero sentirse triste o infeliz por algo, incluso estar de mal humor, es como poner una gota de veneno en un frasco de néctar. Lo estropea. No sólo se lleva la paz, sino que conlleva infelicidad. ¡No es para eso para lo que estamos aquí! Lo bueno es que rápidamente podamos crear una atmósfera de gran felicidad y alegría a nuestro alrededor.
Las personas sienten tristeza cuando se agarran o se resisten a las situaciones. Olvidan que estas situaciones son externas a ellos mismos. Todo lo que necesitan es soltar. Cuando lo consigan, serán felices, se sentirán en paz y volverán a sonreír. ¡Cuantas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuándo nos hemos preguntado para qué tanto lío!
El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.
Cuando te sueltes de las cosas externas a ti, y llegues a ser libre, empezarás a sentirte en un estado de estabilidad, lleno de una felicidad que es independientemente de lo que suceda. La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fundidos en ella. Cuando hay paz y amor, sientes plenitud, te respetas a ti mismo y sientes gran fortaleza.
Ella como pecado
Benedicto XVI equipara la ordenación femenina con los delitos más graves e indigna a teólogos e iglesias de base - Roma se niega a revisar la misoginia de sus primeros sabios
JUAN G. BEDOYA 3 SEP 2010
"De
los innumerables pecados cometidos a lo largo de su
historia, de ningún otro deberían de arrepentirse tanto las Iglesias
como del pecado cometido contra la mujer". Es la opinión de la teóloga
Uta Ranke-Heinemann, compañera de estudios del actual papa, Joseph
Ratzinger, en la Universidad de Múnich, entre 1953 y 1954. La pensadora
católica habla de machismo, pero sobre todo de las políticas de
exclusión impuestas por la jerarquía. La Iglesia romana no parece
dispuesta a rectificar. El pasado 15 de julio reformó su código para
endurecer las penas de los delitos más graves que pueden cometerse en su
seno. Junto a la pederastia figura la ordenación sacerdotal de mujeres.
La decisión ha causado estupor. Entre las protestas en marcha, destaca
la exhibición en autobuses que circulan por el centro de Londres de
carteles con la leyenda Pope Benedict. Ordain Women Now! ("Papa Benedicto: ¡ordene mujeres ya!"). Benedicto XVI viaja este mes a Reino Unido, en la primera visita de un
pontífice romano a ese país desde que el rey Enrique VIII rompió con el Vaticano en 1534.
Margarita Pintos, miembro de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, leyó "con estupor" la carta apostólica que, con el título de Normae de gravioribus delictis (Normas
sobre los delitos más graves), agrava las penas contra el sacerdocio
femenino. "La institución que pretende ser referente moral para la
humanidad acentúa una
antropología dualista, en la que el hecho de ser mujer es un
impedimento para acceder al ámbito de lo sagrado", afirma.
Como
principio general, no hay derecho a entrometerse en las obligaciones
que una religión impone a sus fieles. Quien no esté de acuerdo, tiene la
libertad de marcharse, y, antes, la de no entrar. Los laicos no deben
escandalizarse porque los obispos execren del divorcio, de la
despenalización del aborto o de los curas que quieren casarse. Si
quieres ser católico, no te divorcies; si quieres divorciarte, hazte
protestante. Solo se puede protestar cuando la Iglesia católica pretenda
impedir que se divorcie alguien que no es católico, o predica la
insumisión ante una ley que protege derechos, no los impone.
Pero, muchas veces, la "ideología del apartheid", como
la llama Margarita Pintos, "no solo toca a la institución vaticana,
sino que refuerza imágenes de lo masculino y de lo femenino que el
patriarcado social ha impuesto con la ayuda del cristianismo". Pintos
concluye que es ese "apartheid antropológico" quien contribuye a
mantener y a reforzar la marginación, el desprecio e, incluso, la
violencia contra las mujeres.
¿En
qué doctrinas apoya la Iglesia de Roma su decisión de que las mujeres
deben ser excluidas del sacerdocio? Hay respuestas para todos los
gustos, con citas de los hombres más doctos de esa confesión. Si no
fuese porque lo que Ranke-Heinemann califica de "denigración de la
mujer" ha causado dolor y violencias, la sola enumeración selectiva de
esa doctrina convertiría estas páginas en una regocijada lectura de
verano. Lo malo son las consecuencias. Si la religión más influyente del
mundo denigra con saña a las mujeres por boca de sus mejores
pensadores, ¿qué esperar de muchos de sus fieles?
Santo Tomás de Aquino,
al que los religiosos acuden cuando se sienten perdidos en cuestiones
de doctrina, apeló incluso al argumento libidinoso, para aborrecer el
sacerdocio de la mujer. "Si el sacerdote fuera mujer, los fieles se
excitarían al verla". Es la
parte simpática de su teoría. Umberto Eco, en sus debates con el
cardenal emérito de Milán, Carlo Maria Martini, se mofa de esa idea recordando páginas de Stendhal en La Cartuja de Parma a
propósito de los sermones del bello Fabrizio. "Dado que los fieles son
también mujeres, ¿qué ocurre con las muchachitas que podrían excitarse
ante un cura guapo?". La simpática disputa entre el autor de El nombre de la rosa y el príncipe de la Iglesia más intelectual del momento se recoge en el libro En qué creen los que no creen.
En los textos sagrados de las religiones abrahámicas abundan mujeresimportantes. Imposible imaginar a Abraham sin la simpática Sara; a Jesús sin la generosa María la de Magdala; a Mahoma sin la madura Jadiya.
La literatura antigua no es injusta con la mujer. Entre los privilegios
que confirió el fundador cristiano a la mujer no es menor el haberse
aparecido a ellas resucitado, antes que a ninguno de sus posteriormente
empavonados apóstoles, que habían huido muertos de miedo cuando vieron
detenido y condenado a su maestro. Pedro, el primer papa, iba a negarlo
hasta tres veces.
¿Cuándo
se torció todo para la mujer? Cuando los religiosos pusieron en el
portal de su actividad el sexto pecado cristiano: el sexo, el hombre
como un "ser
empecatado" en palabras de san Agustín.
Hay antes la increíble historia del Paraíso y la anécdota de la
manzana, donde Eva simboliza la tentación y la caída por deseo de
inmortalidad (y por curiosidad, gran virtud).
Aunque parezca raro, la Iglesia católica concibió hasta finales del siglo XIX este relato del Génesis como un documental que debía ser tomado al pie de la letra. ¿Por qué el diablo no se dirigió a Adán, sino a Eva?, se pregunta incluso san Agustín.
El demonio interpeló primero a "la parte inferior de la primera pareja
humana" porque creyó que "el varón no sería tan crédulo". Así lo escribe
en La ciudad de
Dios.
"La
cuestión es que esos roles refuerzan la dominación de unos sobre otras,
además de proyectarse sobre la naturaleza y la humanidad", sostiene
Margarita Pintos. ¿Con qué consecuencias? La teóloga alude a las
víctimas de la violencia doméstica. "Nos estremecemos con la frecuencia
de noticias sobre mujeres asesinadas por sus parejas. Creemos que, si no
somos golpeadas físicamente, no somos víctimas de esa violencia.
Estamos tan habituadas a vivir en relaciones desiguales que ciertas
formas de violencia se tornan normales y no las reconocemos como tales".
La inferioridad
de la mujer (femina, en latín) se pone de manifiesto ya en ese término latino. El nombre femina proviene de fides (fe) y minus(menos), luego fémina significa: la que tiene menos fe. Todo empezó cuando los primeros sabios cristianos tomaron a Aristóteles como
pensador de cabecera. El griego fue quien primero enumeró los motivos
más profundos de la inferioridad de la mujer. Ésta debe su existencia a
un descarrilamiento en su proceso de formación; es "un varón fallido". San Agustín solo reforzó ese desprecio, y santo Tomás lo hizo teología de la grande.
Según el axioma de que "todo principio activo produce algo semejante a él", en realidad siempre deberían nacer varones. A veces nacen mujeres, que son varones fallidos. Aristóteles llama a la mujer arren peperomenon ("varón mutilado"). El de Aquino traduce al latín esa expresión griega como mas occasionatus (varón
fallido). Así que toda mujer lleva a cuestas, desde su nacimiento, un
fracaso. La mujer es un producto secundario, que se da cuando fracasa la
primera intención de la naturaleza, que apunta a los varones. El sabio de Aquino también sostiene que la mujer "está sometida al marido como su amo y señor"(gubernator), que tiene "inteligencia más perfecta" y "virtud más robusta".
La
subordinación a los varones es el motivo de que se niegue el sacerdocio
a la mujer. "Porque las mujeres están en estado de subordinación,
tampoco pueden recibir el sacramento del orden", sentencia santo Tomás.
Se contradice a sí mismo cuando habla también de mujeres en estado de no
subordinación a los varones: "Al hacer el voto de castidad o el de
viudedad y desposar así a Cristo, son elevadas a la dignidad del varón, con
lo que quedan libres de la subordinación al varón y están unidas de
forma inmediata a Cristo". El famoso teólogo, admirado en Roma como un doctor angelicus (maestro angelical), no llega a responder por qué tampoco esas mujeres perfectas tienen derecho a ser sacerdotes.
¿Qué habría dicho Jesús ante tanta marginación? El teólogo Hans Küng,
que participó como perito en el Vaticano II, responde con una frase de
Karl Rahner, el gran pensador de ese concilio: "Jesús no habría
entendido ni una palabra". Es que a veces, como escribió Bertrand
Russell, "el mundo que conocemos fue hecho por el demonio en un momento
en que Dios no estaba mirando".
Mientras
las demás religiones cristianas (sobre todo anglicanos y protestantes)
siguen ordenando mujeres -algunas ya con la dignidad episcopal-, la
Iglesia romana
endurece las penas a quienes osen soñar con sacerdotes femeninos. Pero
el padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la Paz y uno de los
grandes eclesiásticos españoles -fue premio Príncipe de Asturias de la
Concordia en 1994-, tiene una corazonada. "Tengo la firme esperanza de
que, si Dios quiere, este Papa pondrá en funcionamiento el sacerdocio
femenino. El día que se levante con buen pie, dirá: 'Hasta aquí hemos
llegado'. Antes de cinco años lo hace. No hay una sola razón para que no
pueda haber sacerdotes femeninos. Además, hay mucha presión", dice el
padre Ángel. Se refiere a la falta de sacerdotes, con decenas de miles
de parroquias sin pastor. En cambio, son mujeres quienes realmente
llenan las iglesias e, incluso, las gestionan.
No
hay indicios
de que Benedicto XVI vaya por el camino que sueña el fundador de
Mensajeros de la Paz. En su famosa biografía de Jesús, el Papa apenas
dedica unas páginas a la mujer, para decir, citando al evangelista
Lucas, que el fundador cristiano, "que caminaba con los Doce predicando,
también iba acompañado de algunas mujeres". Lucas menciona tres
nombres, Benedicto XVI ninguno. Solo que iban "tres mujeres con Jesús",
sin nombrarlas, "y muchas otras que le ayudaban con sus bienes".
No
puede ser un olvido casual. Antonio Piñero, catedrático de Filología
Griega en la Universidad Complutense de Madrid, subraya las veces que
María Magdalena, por ejemplo, aparece en los textos primitivos: 17 veces
en los Evangelios, ninguna vez en Hechos de los
Apóstoles. Esta mujer, la más citada, por encima de la madre de
Jesús, María, ayudaba a Jesús "con sus bienes", según el evangelista
Lucas, pero ha sido presentada por muchos predicadores como "poseída por
demonios", e incluso de vida licenciosa. Piñero ha dedicado un libro a
los "cristianismos derrotados", con este mismo título. Las mujeres son
un rostro perdurable de esa derrota.
Pese a su indiferencia hacia el protagonismo de la mujer junto al fundador cristiano, Ratzinger no
desaprovecha la ocasión para subrayar "la diferencia entre el
discipulado de los Doce y el de las mujeres". "El cometido de ambos es
completamente diferente", concluye. Suyas son ahora las decisiones de
endurecer las
penas contra el sacerdocio femenino.
Ramón Teja, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Cantabria,documenta los tiempos en que el cristianismo estuvo dominado por las mujeres,
con esta cita a san Jerónimo: "Vigilemos a fin de que las matronas no
dominen en las iglesias; estemos atentos a fin de que no sea el favor de
las mujeres el que decida sobre los rangos sacerdotales". Teja cree que
la participación o no de mujeres en el ministerio sacerdotal fue un
principio práctico para distinguir la herejía de la ortodoxia, de
acuerdo con una norma establecida por Tertuliano: "No está permitido que
una mujer hable en la Iglesia, ni le está permitido enseñar, ni
bautizar, ni ofrecer [la eucaristía], ni reclamar para sí una
participación en las funciones masculinas, y mucho menos en las
sacerdotales".
Una atracción fatal
Hay
una simpática anécdota del papa Juan XXIII ante la exuberante Sofía
Loren. Cuando era nuncio en París, el papa del Concilio Vaticano II se
encontró en un acto oficial con la actriz italiana, que lucía rumboso
escote y una cadena con una cruz de esmeralda adentrándose con
coquetería entre sus senos. "¡Benedetto, quel Calvario!" (¡Bendito, ese Calvario!), suspiró
con sonrisa desarmante el futuro pontífice. Fue beatificado por Juan Pablo II en el año 2000.
No
todos los eclesiásticos reaccionan con humor. La visión de la mujer
como objeto de pecado es cosa de hombres obsesos, y sus reacciones
suelen ser maleducadas, por ejemplo esta de san Juan Damasceno: "La
mujer es una burra tozuda, un gusano terrible en el corazón del hombre,
hija de la mentira, centinela del infierno". O esta de san Alberto
Magno: "La mujer tiene la naturaleza incorrecta y defectuosa".
No todos los grandes eclesiásticos son así, ni mucho menos. El teólogo
Marciano Vidal lo analiza en su libro Moral de amor y de la sexualidad, con el relato con que el buen san Alfonso María de Ligorio contemplaba un escote(ubera) de mujer. "Pectus non est pars vehementer provocans ad lasciviam"("El pecho no es parte que provoque vehementemente la lascivia"), escribió el fundador de los redentoristas.
En
cambio, el gran san Agustín escribió que "el marido ama a la mujer
porque es su esposa, pero la odia porque es mujer", y que "nada hay tan
poderoso para envilecer el espíritu de un hombre como las caricias de
una mujer". ¿Hablaba por
experiencia? Padre de un chico al que llamó Deodato (Dado por Dios),
repudió a la madre sin
contemplaciones, aunque "con la promesa de no entregarse a ningún otro
hombre". Antes de convertirse, san Agustín fue un obseso sexual, además
de un presumido. Escribe enConfesiones, por lo demás un libro
maravilloso: "Fui a Cartago, donde terminé en un bullente caldero de
lascivia. En un frenesí de lujuria hice cosas abominables; me sumergí en
fétida depravación hasta hartarme de placeres infernales. Los apetitos
carnales, como un pantano burbujeante, y el sexo viril manando dentro de
mí rezumaban vapores". Agustín tenía un problema con el sexo. Lo malo
es que hizo escuela. Haría bien Roma en desmitificar a sus clásicos.
Otro
que temblaba en presencia de las mujeres fue santo Tomás de Aquino, el
mayor de los teólogos cristianos.
Encarcelado por sus parientes a causa de su ingreso en la orden de los
dominicos, fue tentado carnalmente, instigado por una prostituta vestida
con suma elegancia. Se la habían enviado sus propios parientes. Dicen
sus biógrafos que en cuanto la vio, el llamado Doctor Angélico corrió a
un fuego de verdad, cogió un leño en llamas y echó fuera de la cárcel "a
la que quería despertar en él el fuego del placer". Inmediatamente
después, santo Tomás cayó de rodillas para pedir el don de la castidad y
se quedó dormido. Entonces se le aparecieron dos ángeles que le
dijeron: "Por voluntad de Dios te ceñiremos con el cinturón de la
castidad, que no podrá ser desatado por ninguna tentación posterior; y
lo que no ha sido conseguido por mérito, es dado por Dios como don".
Se dice que Tomás sintió el cinturón y despertó dando un
grito. Entonces se sintió dotado con el don de tal castidad que, a
partir de ese instante, iba a retroceder espantado ante toda lozanía,
hasta el punto de que ni una sola vez pudo hablar con las mujeres sin
tener que hacerse violencia. ¿Castidad perfecta? Castidad quiere decir
castigo.
MUJERES EN LA IGLESIA CATÓLICA, UNA MAYORÍA SILENCIADA
Escrito por José Manuel Vidal. De Fe Adulta.
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Hace unas semanas, un hombre, el español, San Juan de Ávila, y una mujer, la alemana Hildegarda de Bingen, recibían uno de los máximos honores de la Iglesia: la entrada en el selecto club de los Doctores de la Iglesia, un mundo dominado por los varones. De los 34 doctores de la Iglesia, 30 son hombres y sólo cuatro mujeres: Teresa de Ávila, Catalina de Siena y Teresita de Lisieux, a las que se suma ahora Hildegarda.
Las cuatro con méritos sobrados. Hildegarda de Bingen, en concreto, fue toda una personalidad. Llamó ave de rapiña al arzobispo de Colonia, predicó en los mercados ante las masas entusiasmadas como antes sólo habían hecho los herejes y, siendo una octogenaria, se rebeló contra la jerarquía eclesiástica.
Muchas de las cosas que hizo y escribió fueron inauditas para el siglo XII. Mantuvo correspondencia con Papas, gobernantes y obispos, con la pareja real inglesa y con mujeres que necesitaban su consejo. Desempeñó numerosos oficios a la vez: era poetisa, naturalista, farmacéutica; dirigía simultáneamente dos abadías y fue autora de uno de los intercambios epistolares más abundante de la Edad Media. Es considerada la primera naturalista y autora de temas médicos en Alemania.
¿En toda la Historia de la Iglesia solo hubo cuatro mujeres con méritos para ser declaradas doctoras? Evidentemente que no, pero la lista de los 'Doctores' de la Iglesia refleja a la perfección la situación de la mujer en la institución. Y eso que hay otros muchos clubes eclesiásticos todavía más exclusivos y cerrados a cal y canto a las mujeres. Desde el cardenalato, al episcopado, pasando por el sacerdocio y todos los demás ministerios eclesiásticos. Muchos obispos hasta les prohíben subir al altar... como monaguillas.
La Iglesia católica es mayoritariamente femenina en sus cuadros; la componen un 61% de mujeres, organizadas en distintas órdenes religiosas, frente a un 39% de hombres, entre sacerdotes, obispos, religiosos y diáconos. Pese a ello, el gobierno eclesial, la toma de decisiones, y la visibilidad de la institución están casi exclusivamente en manos de varones. ¿Por imperativo evangélico?
El biblista Xabier Pikaza, autor de 'El evangelio de Marcos. La buena noticia de Jesús' (Editorial Verbo Divino), tras investigar a fondo el tema en su denso volumen, concluye que "Jesús no quiso algo especial para las mujeres. Quiso, para ellas, lo mismo que para los varones. Como entendió bien San Pablo en Gal 3, 28: 'Ya no hay hombre ni mujer...'. La singularidad de la visión de Jesús sobre las mujeres es la 'falta de singularidad'. No buscó un lugar especial para ellas, sino el mismo lugar de todos, es decir, el de los 'hijos de Dios'".
Pero pronto llega la traición al Evangelio de Jesús. "Al convertirse en institución de poder religioso y social, dejando de ser un movimiento mesiánico de liberación, la Iglesia tuvo que aceptar las estructuras normales del poder, que había estado (y estaba) en manos de varones. Lógicamente, los varones justificaron después esa situación (esa dominación patriarcal) con pseudo-argumentos religiosos, que van en contra del espíritu de Jesús".
'Un escándalo y un pecado'
Y así desde entonces. Las mujeres son mayoría en la iglesia católica aunque se trate de una mayoría silenciada. Una situación, que, como dice Pikaza "es un pecado contra el Espíritu de Cristo (contra su inspiración básica, de tipo mesiánico) y contra los signos de los tiempos, que van en línea de igualdad entre varones y mujeres".
Una marginación que duele especialmente a las mujeres. "Me duele la situación actual de la mujer en la Iglesia o, más que dolerme, estoy cansada", explica la teóloga Dolores Aleixandre. Y añade: "Tengo la impresión de que llevamos con el mismo discurso demasiado tiempo. Muy anclado, por una parte y por otra, en sus respectivas posturas. Hay un temor en la Conferencia Episcopal, como si cualquier mujer que defiende sus derechos estuviera reclamando la ordenación. Y no se trata de eso, sino de que el Evangelio empuja de abajo a arriba, porque habla de una comunidad circular en la que alguien tiene la presidencia, pero en la que todos somos hermanos y hermanas. Me pregunto por qué tenemos tanto miedo al sueño circular y fraterno de Jesús y creo que tenemos mucha confusión entre autoridad y poder".
Otra teóloga, María José Arana, vieja luchadora por la igualdad de la mujer, explica: "Las mujeres han permanecido en la Iglesia como las grandes ausentes, una ausencia que perdura hasta nuestros días. Evidentemente la ausencia de las mujeres empobrece enormemente a la Iglesia en múltiples aspectos y en sí misma; pero además pierde credibilidad ante el mundo que va despertando rápidamente en estos aspectos y ante los cuales la Iglesia, Luz de las Gentes como se llamó a sí misma en el Concilio, debería brillar con su ejemplo y alumbrar caminos nuevos."
Entre otras cosas, para hacer justicia también histórica a su papel. Lo dice así la también teóloga española Felisa Elizondo: "Las mujeres en la Iglesia reclaman otro reconocimiento y otra confianza. Que eso se traduzca en lo que tenga que irse traduciendo. Pero desde luego hace falta rescatar la aportación de las mujeres a la experiencia cristiana, textos, afirmaciones... No ya de santas conocidas, sino de mujeres cristianas que han aportado cosas espléndidas. Eso es hacer justicia en la historia".
Una revolución femenina en ciernes
Durante siglos, la mujer aguantó, pero, ahora, parece dispuesta a conquistar espacio de libertad también en la Iglesia. Los ejemplos de luchadoras por el cambio de la institución se multiplican. 'Dones en l'Esglesia' son un grupo de mujeres profundamente católicas, pero que se sienten "absolutamente discriminadas" en la Iglesia a la que pertenecen. Una Iglesia jerárquica que "sólo se visibiliza con cara de varón".
Por eso, el colectivo catalán pide una solución urgente. "Tenemos derecho a reclamar, y reclamamos, la paridad en la Iglesia", dicen en los múltiples manifiestos que vienen lanzando desde hace años.
Y lo piden tanto por razones instrumentales como teológicas. En cuanto a las primeras, el colectivo asegura que son mujeres las que atienden todos los servicios de las parroquias e incluso, "la mayor parte de las personas que asisten a los actos religiosos". De ahí que, como dice Dolors Figueras, una de las dirigentes del grupo, "si las mujeres hiciésemos huelga, las iglesias se quedarían casi vacías del todo".
Pero, aunque son aplastante mayoría, no cuentan con representación alguna en la jerarquía. "El Papa, los cardenales, obispos, presbíteros y todos los que tienen responsabilidades de dirección en la Iglesia son varones", denuncian. Y eso, según el colectivo de mujeres católicas, atenta contra los derechos humanos y contra el Evangelio. "La Iglesia no respeta en su interior esos derechos humanos que tanto proclama para los demás. Ha llegado la hora de decir basta a este atropello. No admitimos que se nos siga discriminando por razón de género", explica Dolors.
Una situación que hasta las avergüenza. "Me da pena, porque nuestra Iglesia está haciendo el ridículo. Debe ser ya la única institución del mundo, al menos en el ámbito occidental, que sigue marginando a las mujeres". Y eso que hay muchos creyentes, sacerdotes e incluso algunos obispos que apoyan su causa. Eso sí, estos últimos son los menos. Y Dolors cita, por ejemplo, a monseñor Casaldáliga, el obispo de los pobres brasileños, y a monseñor Godayol, un prelado catalán que trabajó toda su vida en Latinoamérica y, ahora, vive jubilado en Cataluña.
El colectivo 'Dones en l'Església' está integrado, cuenta Figueras, por unas 500 mujeres, que llevan más de 20 años reivindicando un sitio al sol en la Iglesia. Entre ellas, hay varias teólogas, como Mari Pau Trayner, Mercedes Navarro o María Antonia Sabaté, que imparten clases de teología feminista en la universidad.
El paso adelante de las monjas de EEUU
La "rebelión eclesial femenina" se extiende. Unas veces de manera silenciosa. Y otras, con abierta y clara confrontación. "Es posible", dice Xabier Pikaza, "que ya se esté dando la gran rebelión y no nos demos cuenta. Hay un tipo de Iglesia que puede quedar vacía (seca), mientras están surgiendo ya formas de vida que responden mejor al Evangelio. El proceso resulta, a mi juicio, imparable". Y el prestigioso teólogo vasco cita un ejemplo concreto: "Pienso que en esa línea es importante el movimiento de religiosas de los Estados Unidos".
Las monjas de Estados Unidos llevan años en el ojo del huracán de la Curia vaticana. Pero resisten. El pasado mes de agosto celebraron su convención anual. Se reunieron en San Luis unas 1.000 religiosas en representación de las 87.000 compañeras que hay en EEUU. Y allí pidieron "una Iglesia más sana, comprometida, encarnada y samaritana".
No discuten dogmas ni principios básicos doctrinales. Sólo piden que el gobierno de la Iglesia sea, como ya exigió el Concilio, más corresponsable; piden "una Iglesia que no discrimine a la mujer y que, por lo tanto, le permita el acceso al sacerdocio".
Piden que la Iglesia, en el campo de la moral sexual, reconozca en teoría lo que el pueblo de Dios viene haciendo en la práctica desde hace muchos años: el control de la natalidad, por ejemplo.
No cuestionan dogmas, luchan por "una Iglesia sin poder ni privilegios, al servicio de los más pobres, esperanza de los desvalidos, con entrañas de misericordia. Una Iglesia libre, que viva, luche y sufra con el pueblo".
Y para defender su visión eclesial (la aprobada por la Iglesia en el Vaticano II), las monjas estadounidenses ofrecen vida entregada, pasión por el Evangelio, misericordia y diálogo serio, profundo y honesto con la jerarquía. No son exaltadas. Ni radicales. Son monjas que aman a Dios y a la Iglesia. Y luchan para que su forma de ser Iglesia tenga carta de naturaleza en la institución.
Y lo reivindican: "En la vida civil, la mujeres lucharon y, al fin, consiguieron sus derechos, hoy reconocidos. ¡Qué pena que en la Iglesia de Jesús todavía no se nos reconozcan! Nuestra discriminación hace tanto daño... Algún día, no muy lejano, los jerarcas de nuestra Iglesia tendrán que pedir perdón por ello".
José Manuel Vidal
El Mundo
Estimado/a amigo/a
Próximamente
–del 20 al 22 de este mes de junio- se celebrará en Río de Janeiro la
cumbre denominada Río + 20. Comienzan a alzarse voces en contra del
documento-base preparado por la ONU para dicha reunión. Entre otras,
está la de Leonardo Boff, teólogo que se ha especializado en los últimos
años en estudios de ecología. No ha dejado de defender su línea
liberadora, pero ahora la ha enfocado también a la Madre Tierra, nuestro
planeta que sufre abandono y explotación,
especialmente de las grandes potencias y empresas
transnacionales. Adjuntamos su última colaboración en Servicios
Koinonia, que con gusto compartimos con ustedes. Llama la atención cómo
enfoca el problema señalando los valores que han de guiar a la defensa
de la Tierra y, podríamos decir, a toda acción humana, incluyendo la
política. Me pregunto si nuestros políticos tienen esas mismas
preocupaciones, sobre todo en la cercanìa de periodo electoral. O sencillamente, nosotros los electores responsabilizarnos en modelar un nuevo liderazgo polìtico acorde con los tiempos.
El
problema suscitado entre el Vaticano y la Conferencia de Religiosas de
los Estados Unidos no ha concluido ni se ha resuelto satisfactoriamente.
Han sido muchas las voces de descontento y de apoyo a ese grupo de
mujeres valiosas que con inmensa entrega decidieron la renovación
impulsada por el Concilio Vaticano II, aunque, como en toda empresa
humana y evangélica, no habrán faltado fallas, pero no como las presenta
la Nota enviada por la Congregación para la Doctrina de la Fe. >Las
religiosas que representan a dicha acaban de publicar una pequeña Declaración en
vistas a próximos encuentros que tendrán en el Vaticano. Adelanto a
ustedes estas reflexiones que hacen al encontrarse en un nuevo frente de
“batalla” de la Curia Romana. ¡Como si no le faltaran! Esperemos que se
llegue a soluciones evangélicas.
Texto enviado con colaboraciòn de Josè Razo Ochoa
Atte. Enrique Orellana
Estimado/a amigo/a
AUSENCIA DE UN RELATO NUEVO EN LA RÍO +20
2012-06-08
Leonardo Boff
El vacío básico del documento de la ONU para la Río 20 reside en
una completa ausencia de un relato o de una cosmología nuevos que
pudieran garantizar la esperanza del «futuro
que queremos», lema del gran encuentro. Tal como está, niega cualquier
futuro prometedor.
Para
sus formuladores, el futuro depende de la economía, poco importa el
adjetivo que se le agregue: sostenible o verde. Especialmente la
economía verde realiza el gran asalto al último reducto de la
naturaleza: transformar en mercancía y poner precio a aquello que es
común, natural, vital e insustituible para la vida como el agua, los
suelos, la fertilidad, las selvas, los genes etcétera. Lo que pertenece a
la vida es sagrado y no puede ir al mercado de los negocios. Pero está
yendo, bajo este imperativo categórico: aprópiate de todo, haz comercio con todo, especialmente con la naturaleza y con sus bienes y
servicios.
He
aquí el supremo egocentrismo y arrogancia de los seres humanos, llamado
también antropocentrismo. Éstos ven a la Tierra como un almacén de
recursos sólo para ellos, sin darse cuenta de que no somos los únicos
que habitamos la Tierra ni somos sus propietarios; no nos sentimos
parte de la naturaleza, sino fuera y por encima de ella como sus «dueños
y señores». Olvidamos, sin embargo, que existe toda la comunidad de
vida visible (5% de la biosfera) y cuatrillones de cuatrillones de
microorganismos invisibles (95%) que garantizan la vitalidad y la
fecundidad de la Tierra. Todos ellos pertenecen al condominio Tierra y
tienen derecho a vivir y convivir con nosotros. Sin
relaciones de interdependencia con ellos, ni siquiera podríamos
existir. El documento no tiene en cuenta nada de esto. Podemos decir
entonces que con él no hay salvación. Abre un camino hacia el abismo.
Mientras tengamos tiempo, urge evitarlo.
Nuestro
actual relato o cosmología es el de la conquista del mundo con vistas
al crecimiento ilimitado. Se caracteriza por ser mecanicista,
determinista, atomizada y reduccionista. Según ese relato, el 20% de la
población mundial controla y consume el 80% de todos los recursos
naturales, la mitad de las grandes selvas han sido destruidas, el 65% de
las tierras agrícolas cultivables, perdidas, de 27,000 a 100,000
especies de seres vivos desaparecen cada año (Wilson) y más
de 1000 agentes químicos sintéticos, la mayoría tóxicos, son lanzados a
la naturaleza. Construimos armas de destrucción masiva, capaces de
eliminar toda la vida humana. El efecto final es el desequilibrio del
sistema-Tierra que se expresa por el calentamiento global. Con los gases
ya acumulados, hacia 2035 llegaremos fatalmente a un incremento de 3-4°
C, lo que hará la vida, tal como la conocemos, prácticamente imposible.
La
actual crisis económico-financiera, que está sumergiendo a naciones
enteras en la miseria, nos hace perder la percepción del peligro y
conspira contra cualquier cambio necesario de rumbo.
En contraposición, surge el relato o la cosmología del cuidado y de la responsabilidad universal,
potencialmente salvadora. Consiguió su mejor expresión en la Carta
de la Tierra. Sitúa nuestra realidad dentro de la cosmogénesis, aquel
inmenso proceso evolutivo que se inició hace 13.7 miles de millones
de años. El universo está expandiéndose, auto-organizándose y
auto-creándose continuamente. En él todo es relación en redes y nada
existe fuera de esta relación. Por eso todos los seres son
interdependientes y colaboran entre sí para garantizar el equilibrio de
todos los factores. La misión humana reside en cuidar y mantener esa
armonía sinfónica. Necesitamos producir no para la acumulación y el
enriquecimiento privado sino
lo suficiente y decente para todos, respetando los límites y los ciclos
de la naturaleza.
Por
detrás de todos los seres actúa la Energía de fondo que dio origen y
sustenta el universo permitiendo nuevas emergencias. La más espectacular
de ellas es la Tierra viva y los humanos, la porción consciente de
ella, con la misión de cuidarla y de responsabilizarse por ella.
Este
nuevo relato garantiza «el futuro que queremos». De lo contrario
seremos empujados fatalmente a un caos
colectivo con consecuencias funestas. Ella se revela inspiradora. En
vez de hacer negocios con la naturaleza nos situamos en el seno de ella
en profunda sintonía y sinergia, respetando sus límites y buscando el
«vivir bien», que es la armonía con todos y con la Madre Tierra. La
característica de esta nueva cosmología es el cuidado en lugar de la
dominación, el reconocimiento del valor intrínseco de cada ser y no su
mera utilización por el hombre, el respeto por toda la vida y por los
derechos de la naturaleza y no su explotación, y la articulación de la
justicia ecológica con la justicia social.
Este
relato está más de acuerdo con las necesidades reales humanas y con la
lógica del propio universo. Si el
documento Río +20 la adoptase como telón de fondo, se crearía la
oportunidad de una civilización planetaria en la cual el cuidado, la
cooperación, el amor, el respeto, la alegría y la espiritualidad serían
centrales. Tal opción apuntaría no hacia el abismo sino hacia el futuro
que queremos: una biocivilización de la buena esperanza.
Fe Adulta
Junio 1, de 2012
COMUNICADO DE PRENSA
La Junta nacional de la Conferencia de Religiosas de los Estados Unidos
llevó a cabo una reunión especial en Washington, DC del 29 al 31 de Mayo
para revisar, y planear una respuesta al informe dirigido a la
Conferencia de religiosas por la Congregación para la Doctrina de
la Fe.
Los
miembros de la Junta expresaron su preocupación tanto por el
contenido de la valoración doctrinal como por el proceso mediante el
cual dicho documento fue preparado. Y concluyeron que la valoración está
basada en acusaciones sin fundamento y que fue el resultado de un
proceso defectuoso, carente de transparencia.
Aún
más, las sanciones impuestas son desproporcionadas en relación a las
preocupaciones planteadas y pueden comprometer su capacidad para llevar a
cabo su misión.
El informe ha causado además escándalo y dolor en toda la comunidad de la iglesia y ha creado gran polarización.
La Junta estableció que la conferencia llevará a cabo los siguientes pasos:
El
12 de Junio la Presidenta y la Directora Ejecutiva de LCWR
regresarán a Roma para reunirse con el Prefecto para la Congregación
para la Doctrina de la Fe , el Cardenal William Levada y el delegado
apostólico, el Arzobispo Peter Sartain para presentar y discutir las
preocupaciones
de la Junta.
Seguidamente,
la Conferencia de Religiosas reunirá a sus miembros tanto en reuniones
regionales como en su asamblea de Agosto y determinará su respuesta al
informe de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La Junta reconoce que esta situación ha afectado a los Católicos y
no-Católicos alrededor del mundo como se ha evidenciado a través de los
miles de mensajes de apoyo y la docena de vigilias de oración que se han
llevado a cabo en numerosas partes del país.
La Conferencia cree
que los temas de fe y de justicia que cautivan el corazón de las
hermanas Católicas son claramente compartidos por muchas personas
alrededor del mundo. En estos tiempos en los que la Iglesia y la
sociedad se ven envueltas en una gran
conmoción, la Junta considera que es imperativo que estos temas sean
tratados por toda la comunidad de la Iglesia en un ambiente de
apertura, honestidad e integridad.
Persona de contacto: Hna. Annmarie Sanders, IHM
LCWR Directora de Comunicaciones
asanders@lcwr.org
Indignado Con La religión oficial .
Indignado Con Los Poderes
Religiosos .
Indignado Con Los Poderes Económicos
Indignado Con El Poder Político
Indignado Con La Religión y La Sociedad patriarcales
Indignado Con El Dios autoritario .
JESÚS FUE AYER EN EL TEMPLO Y AHORA :
" Un indignado "
Movimiento Teologìa para la Liberacion - Chile
Correo: opcion_porlospobres_chile@yahoo.com
CRÓNICA DEL CONGRESO CONTINENTAL DE TEOLOGÍA SÃO LEOPOLDO (BRASIL)
Actualidad profética latinoamericana
CONSUELO VÉLEZ
Viernes 2 de noviembre de 2012
Publicado en alandar nº292
Muchas y variadas han sido las celebraciones de los 50 años del Vaticano II. En América Latina una de estas celebraciones ha sido el Congreso Continental de Teología celebrado del 7 al 11 de octubre en São Leopoldo, Brasil. En este continente la recepción del Vaticano II comenzó con la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y caribeño, en la que se tomó conciencia de la articulación indiscutible entre evangelización y liberación, evangelización y opción preferencial por los y las pobres. Esta línea de recepción ha continuado presente, a pesar de las persecuciones, en una porción de Iglesia y fue así como en la V Conferencia, celebrada en 2007 en Aparecida (Brasil) se reafirmó el método pastoral “ver-juzgar-actuar”, reconociendo “el bien que ha hecho a nuestro continente, permitiéndonos vivir más intensamente nuestra vocación y misión en la Iglesia, enriqueciendo el trabajo teológico y pastoral y, en general, motivando para asumir nuestras responsabilidades ante las situaciones concretas que vivimos” (Cfr. DA 19). Además, en el discurso inaugural, Benedicto XVI señaló “la inseparabilidad entre la opción preferencial por los pobres y la fe cristológica” (Cfr. DA 392). En este espíritu se celebró este congreso con la participación de más de 700 personas entre obispos, religiosas/os, sacerdotes y laicos/as procedentes de todos los rincones del continente y de otros continentes. Además, se hizo memoria de los 40 años del libro de Gustavo Gutiérrez Teología de la liberación, libro profético de un caminar teológico y pastoral en estas tierras.
Fueron cinco días de celebración eclesial, de alegría gozosa por las esperanzas que habitan en tantos cristianas/os del continente y días también de muchas interpelaciones que buscaron revitalizar el camino, reorientar las proyecciones, afinar la fidelidad al Espíritu. El primer día se contextualizó el congreso contando con la participación de la teóloga Geraldina Céspedes, quien, usando la imagen del telar, la urdimbre, la trama y los hilos nos habló de los desafíos de la teología hoy. Además, Jon Sobrino recordó su iniciación en la teología latinoamericana y enfatizó la centralidad de los y las pobres, haciendo memoria de las palabras de Casaldáliga: “todo es relativo menos Dios y el hambre”. Los siguientes tres días estuvieron marcados por ponencias centrales, talleres de las más diversas temáticas, paneles y presentación de trabajos científicos. Siguiendo la metodología pastoral latinoamericana, en un primer momento se realizó el “ver” a través de los aportes de Pedro Ribeiro de Oliveira, sociólogo, mostrando cómo la clave del crecimiento está en el lucro, creando la lógica del “producir-vender-consumir-descartar” que, incluso, condiciona la llamada “economía verde”. De ahí surge la necesidad de buscar otras alternativas que contemplen el desarrollo sin que desborde el crecimiento y el “buen vivir” de las culturas ancestrales. Jung Mo Sung habló sobre la relación entre teología y economía y la idolatría presente en la lógica perversa del mercado. El día finalizó con la intervención de Chico Whitaker, uno de los promotores del Foro Social Mundial, contando su génesis, desarrollo y desafíos. El tercer día correspondió al “juzgar”. Los aportes de Víctor Codina, Andrés Torres Queiruga y Gustavo Gutiérrez fueron decisivos para recordar la creatividad en la recepción de Vaticano II en la Conferencia de Medellín, la autonomía de las ciencias, del sujeto, de las realidades terrestres que vertebraron los documentos conciliares y la pregunta decisiva, que sigue siendo desafío para nuestra Iglesia: cómo decirle al pobre –al insignificante- que Dios le ama. Muchos otros aspectos se trataron, pero los aplausos ininterrumpidos, especialmente los dados a Gustavo Gutiérrez, señalaron el reconocimiento no solo de un trabajo teórico sino de unas vidas que, con testimonio y fidelidad evangélica, han abierto caminos a una imagen de Dios, de ser humano, de Iglesia, de Reino de Dios más en consonancia con los orígenes de nuestra fe.El cuarto día, más centrado en el “actuar”, comenzó, en palabras de Leonardo Boff, con la referencia al cosmos como inseparable de la realidad humana. Además, se habló del fenómeno de la mundialización y del pluralismo religioso a cargo de Peter Phan y los nuevos sujetos emergentes presentados por Luis Carlos Susin. El quinto día se inició con la conferencia de Joao Batista Libanio, quien recordó los “innegociables” de la teología de la liberación: la hermenéutica liberadora, la opción por las personas pobres y el seguimiento del Jesús histórico. Seguidamente, Marilú Rojas habló de la espiritualidad liberadora y Carlos Mendoza parafraseó el “fuera de la Iglesia no hay salvación” con el “fuera de las víctimas no hay salvación”. Los aportes de los talleres y paneles coordinados por teólogas y teólogos ya no solo de la primera generación sino de la segunda y tercera, recogieron la construcción colectiva de lo que se va realizando y los desafíos pendientes en campos tan urgentes como la realidad de la mujer, los indígenas, los afroamericanos, los derechos humanos, el diálogo interreligioso e intercultural, los nuevos paradigmas teológicos, los movimientos sociales, la política, la economía, la ecología, la salvación, la opción por los pobres, etc., entre muchos otros aspectos. No sobra recordar que el congreso comenzó cada día con un momento de espiritualidad y con la celebración eucarística al caer la tarde. Y esto porque la teología es acto segundo, ya que el primero es la espiritualidad. También hay que decir que la organización general del congreso no supo reconocer la presencia de las mujeres en la historia de la teología latinoamericana, ni destacó la voz de las nuevas generaciones. Sin embargo, las mujeres supieron recordar su presencia en tantos campos de la teología y en su compromiso cristiano –lo que fue reconocido con un fuerte aplauso por parte de toda la asamblea- y los jóvenes dijeron su palabra, conscientes de que el protagonismo de esta tarea también está en sus manos. Y, en definitiva, ¿qué queda de esta experiencia vivida? Queda el desafío de poner en práctica lo vivido. Llevar adelante todo lo que allí se reflexionó, se debatió, se compartió. Continuar favoreciendo la experiencia de fraternidad-sororidad gozosa, dejando que el Espíritu se exprese a través de las diversas voces. Se volvió a casa con la certeza de la fuerza que el Evangelio de Jesús tiene para movilizar la vida cristiana y renovar la experiencia eclesial. Queda, entonces, la experiencia del encuentro que reanima, entusiasma y lanza a la vida con más responsabilidad y compromiso por hacer una teología que responda a los desafíos del continente, una fe que muestre el rostro misericordioso del Dios de Jesús y comunique la “buena noticia” que el Evangelio tiene para el mundo de hoy, especialmente, para las personas más pobres, a las que Dios prefiere y que son las primeras depositarias de su gracia. |
Ex superior general de Maryknoll denuncia injerencia del Vaticano en caso Bourgeois
20 noviembre, 2012
JESUS FUE AYER EN EL TEMPLO Y AHORA:"UN INDIGNADO"
MOVIMIENTO TEOLOGÌA PARA LA LIBERACIÒN-CHILE
Correo: opcion_porlospobres_chile@yahoo.com
LO QUE QUIERO AHORA
Escrito por Ángeles Caso. Publicado por Fe Adulta
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Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente últimamente a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo.
Ángeles Caso
La teología de la liberación, herida pero viva.
ARTÍCULO DE EL PAÍS
Medio siglo después del Concilio Vaticano II, el movimiento progresista resiste
ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 8 NOV 2012 - 06:54 CET32
El recordatorio de los 50 años del Concilio Vaticano II también es momento de reflexión en Latinoamérica, donde más fieles tiene la Iglesia católica, pero donde también avanzan otras confesiones cristianas, creencias posmodernas y el agnosticismo. Así como el concilio iniciado por Juan XXIII supuso en Europa el inicio del diálogo del catolicismo con el “mundo moderno”, en América Latina significó el comienzo del diálogo con el “mundo de los pobres”, según Pedro Ribeiro de Oliveira, sociólogo y profesor en la maestría en Ciencias de la Religión de la Universidad Católica de Minas Gerais (Brasil). “Pero en estos 50 años esa opción ha ido perdiendo fuerza. Los miembros de la Iglesia no se sienten más comprometidos y la jerarquía tiene más preocupación por sumar fieles que por el diálogo con los pobres”, advierte Ribeiro.
Al finalizar el Concilio Vaticano II (1962-1965), los obispos latinoamericanos manifestaron esa opción por los pobres en la Conferencia General del Episcopado regional en Medellín en 1968. A partir de entonces cobraron mucha fuerza la teología de la liberación, las comunidades eclesiales de base (CEB), formadas por laicos, la lectura popular de la Biblia, el compromiso cristiano contra las estructuras sociales consideradas injustas, los religiosos defensores de los pobres y los numerosos mártires de las dictaduras militares y de poderosos intereses económicos, aunque ninguno de ellos ha sido hasta ahora canonizado por Roma.
Con el papado de Juan Pablo II (1978-2005), con Joseph Ratzinger (actual Benedicto XVI) a cargo de la Congregación de la Doctrina de la Fe (ex Tribunal de la Santa Inquisición), comenzó un “franco proceso de involución eclesial, de invierno en la Iglesia, de noche oscura”, opina el teólogo y profesor de la Universidad Católica de Curitiba (Brasil) Agenor Brighenti.
Fueron los tiempos en que Ratzinger tachó de marxista a parte de la teología de la liberación, que dejó de enseñarse a los seminaristas, y en los que los obispos vertieron sospechas y críticas hacia las CEB por su supuesta politización, recuerda Pablo Richard, sacerdote y teólogo chileno que da clases en la Universidad Nacional de Costa Rica. Pero la minoría católica que aún mantiene viva esa fe referida a los pueblos crucificados y a la Iglesia construida desde la base no se mortifica por su situación actual. “La liberación es un ideal, no de los vencedores, sino de los vencidos, un movimiento de resistencia al exilio”, comenta Brighenti.
Este movimiento renovador de la Iglesia latinoamericana tampoco fue en su momento algo mayoritario. “Hay que desmitificar la imagen que en muchos lugares se ha tenido de la Iglesia latinoamericana de los años setenta y ochenta”, advierte el jesuita español Víctor Codina, profesor emérito de la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba. “Ni las comunidades de base florecieron en todas las diócesis, ni todos los obispos fueron como Hélder Cámara, [Óscar] Romero, [Enrique] Angelelli o [Pere] Casaldáliga, ni la teología de la liberación se enseñaba en todos los seminarios y facultades de Teología. Este movimiento liberador fue significativo, pero minoritario”, expone Codina.
Pese a todo, el teólogo jesuita considera que la Iglesia latinoamericana avanza “entre luces y sombras”. Por ejemplo, en la reunión regional de obispos de Aparecida (Brasil) en 2007, los prelados abogaron por la opción por los pobres, la renovación litúrgica, bíblica y pastoral, pero Codina también detecta “intentos de volver a una Iglesia anterior al Vaticano II, cierto debilitamiento de la vida cristiana, falta de clero, pérdida del sentido de trascendencia y abandono de la Iglesia para adherirse a otras confesiones religiosas”. El sacerdote español argumenta que estos movimientos contradictorios no son ajenos a los cambios sociales, políticos y económicos que están viviendo Latinoamérica y el mundo en general.
Ribeiro, Brighenti y Codina destacan que la corriente “liberadora” de la Iglesia latinoamericana sigue vigente y como prueba de ello citan el reciente congreso continental de teología, en Brasil, con la presencia de muchas mujeres, jóvenes y 30 obispos. “La Iglesia liberadora de América Latina está viva, pero es brasa bajo cenizas”, opina Brighenti.
“Nuestra opción no es solo por la supervivencia de la Iglesia, sino por la de los pobres que necesitan de la Iglesia para sobrevivir”, propuso Richard. “No nos interesa una Iglesia que necesita del poder y del dinero para sobrevivir”, concluyó el sacerdote, que se exilió de Chile tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973.
12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA...
Wayne Dyer - "EL CÓDIGO DE SANACIÓN EMOCIONAL" C.S.E.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida.
1. Ordena tu vida, sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida:
• Regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.
• Regala esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca utilizas.
• Dona juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices a instituciones de caridad.
Elimina todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates: "Está más cerca de Dios quien necesita menos". Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás a escuchar el llamado de la inspiración.
2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.
3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre
Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales, los eventos para recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.
Creo que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con mis hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles. He aprendido a rechazar esos eventos sin tener que disculparme, y eso me ha permitido tener más momentos de inspiración.
4. Saca tiempo para la meditación y el yoga
Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios. Escribí un libro sobre este tema, “Cayendo al abismo”, así que no me extenderé más. Sin embargo, diré que he recibido miles de mensajes de personas de todo el mundo en los que me expresaron su agradecimiento por haber aprendido a simplificar su vida cuando comenzaron a meditar. Te invito a que busques un centro de yoga cerca de tu casa y comiences a practicar con regularidad. Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.
5. Regresa a la sencillez de la naturaleza
No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago. Estos deseos son universales, pues la naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?).
Tu deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el deseo de ser tu "yo" natural, es decir, la naturaleza de tu yo. Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la nieve. Esto no significa que tengas que darte unas vacaciones largas ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que te permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el Universo.
6. Marca distancia entre tú y tus críticos
Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de su energía tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de críticas. No tienes por qué soportar las críticas; simplemente agradece con amabilidad y promete pensar en lo que te digan, pues representa un conflicto que no te permitirá sentirte inspirado. No necesitas justificar tus deseos ni tu personalidad, pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son pensamientos sagrados, así que no permitas que nadie los destruya.
7. Saca un tiempo para tu salud
Recuerda que el mayor problema de salud en nuestra sociedad parece ser la obesidad. ¿Cómo puedes sentirte inspirado y vivir con sencillez si consumes cantidades excesivas de alimentos y no haces el ejercicio que tu cuerpo te pide? Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente hazlo. De igual manera, incorpora a tu consciencia las palabras control de porciones: ¡tu estómago tiene el tamaño de un puño, no de una pala! Respeta tu templo sagrado y simplifica tu vida haciendo ejercicio y comiendo con moderación; ¡te prometo que te sentirás inspirado si comienzas a hacerlo ya!
8. ¡Juega, juega, juega!
Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me inspiran con sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me han dicho: "Wayne, no has madurado: siempre estás jugando". ¡Esto es algo que me enorgullece profundamente! Juego cuando hablo en el escenario, y juego mientras escribo ahora.
Quiero aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en medio de las tensiones”, el cual te recomiendo (Howard también ofrece seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su libro, Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: "Tu vida está orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y juguetón que es tu verdadero yo". Estoy totalmente de acuerdo: ¡por favor, entra de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y aprovecha la menor oportunidad para jugar! Verás que todo será más dulce y más simple.
9. Disminuye el ritmo
Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que, "La vida es algo más que aumentar el ritmo". Este es un gran consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada inhalación y exhalación...
Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.
Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te reunirás con el ritmo perfecto con el que funciona la creación. Imagina que tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que acaba de brotar: eres tan natural como esa planta, así que permítete estar en paz con la perfección del plan de la naturaleza.
10. Haz todo lo posible para evitar las deudas
Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad te alejará de la paz, que es el lugar donde te encuentras cuando estás en Espíritu. Si tienes que trabajar más para pagar deudas, disfrutarás menos de tu vida actual; en consecuencia, estarás más lejos de la paz y la alegría, que son los símbolos de la inspiración. Te sentirás mucho mejor y disfrutarás tu vida si tienes menos en vez de contraer deudas que no te darán paz y tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero que posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un sistema energético que no es real.
11. Olvídate del valor efectivo
Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja. Puedes llevar una vida feliz y satisfactoria, y si en este momento estás pensando que yo tengo el descaro de decirte esto porque tienes una situación financiera precaria, es porque tú mismo has levantado tu propia barrera de resistencia.
Deja de ponerle una etiqueta con precio a todo lo que tienes y haces: a fin de cuentas, en el mundo del Espíritu no hay etiquetas con precios. No hagas del dinero el centro de todo lo que tengas o hagas; más bien, descubre el valor inherente a todas las cosas: así simplificarás tu vida y regresarás al Espíritu. Un dólar no determina el valor, aunque vivas en un mundo que intenta convencerte de lo contrario.
12. Acuérdate de tu Espíritu
Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás encaminado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.
Wayne Dyer
"EL CODIGO DE SANACION EMOCIONAL" C.S.E.
DECLARACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE TEÓLOGOS Y TEÓLOGAS JUAN XXIII
Wayne Dyer - "EL CÓDIGO DE SANACIÓN EMOCIONAL" C.S.E.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida.
1. Ordena tu vida, sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida:
• Regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar.
• Regala esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca utilizas.
• Dona juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices a instituciones de caridad.
Elimina todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates: "Está más cerca de Dios quien necesita menos". Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás a escuchar el llamado de la inspiración.
2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables.
Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.
3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre
Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales, los eventos para recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración.
Creo que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con mis hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles. He aprendido a rechazar esos eventos sin tener que disculparme, y eso me ha permitido tener más momentos de inspiración.
4. Saca tiempo para la meditación y el yoga
Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios. Escribí un libro sobre este tema, “Cayendo al abismo”, así que no me extenderé más. Sin embargo, diré que he recibido miles de mensajes de personas de todo el mundo en los que me expresaron su agradecimiento por haber aprendido a simplificar su vida cuando comenzaron a meditar. Te invito a que busques un centro de yoga cerca de tu casa y comiences a practicar con regularidad. Las recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo en muy poco tiempo.
5. Regresa a la sencillez de la naturaleza
No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago. Estos deseos son universales, pues la naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?).
Tu deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el deseo de ser tu "yo" natural, es decir, la naturaleza de tu yo. Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la nieve. Esto no significa que tengas que darte unas vacaciones largas ni planearlas con meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a pocas horas siempre habrá un parque, campamento o sendero que te permitirá disfrutar de la sensación de estar conectado con todo el Universo.
6. Marca distancia entre tú y tus críticos
Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de su energía tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida enormemente si no tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de críticas. No tienes por qué soportar las críticas; simplemente agradece con amabilidad y promete pensar en lo que te digan, pues representa un conflicto que no te permitirá sentirte inspirado. No necesitas justificar tus deseos ni tu personalidad, pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son pensamientos sagrados, así que no permitas que nadie los destruya.
7. Saca un tiempo para tu salud
Recuerda que el mayor problema de salud en nuestra sociedad parece ser la obesidad. ¿Cómo puedes sentirte inspirado y vivir con sencillez si consumes cantidades excesivas de alimentos y no haces el ejercicio que tu cuerpo te pide? Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente hazlo. De igual manera, incorpora a tu consciencia las palabras control de porciones: ¡tu estómago tiene el tamaño de un puño, no de una pala! Respeta tu templo sagrado y simplifica tu vida haciendo ejercicio y comiendo con moderación; ¡te prometo que te sentirás inspirado si comienzas a hacerlo ya!
8. ¡Juega, juega, juega!
Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me inspiran con sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me han dicho: "Wayne, no has madurado: siempre estás jugando". ¡Esto es algo que me enorgullece profundamente! Juego cuando hablo en el escenario, y juego mientras escribo ahora.
Quiero aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en medio de las tensiones”, el cual te recomiendo (Howard también ofrece seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su libro, Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: "Tu vida está orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y juguetón que es tu verdadero yo". Estoy totalmente de acuerdo: ¡por favor, entra de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y aprovecha la menor oportunidad para jugar! Verás que todo será más dulce y más simple.
9. Disminuye el ritmo
Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que, "La vida es algo más que aumentar el ritmo". Este es un gran consejo para simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada inhalación y exhalación...
Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.
Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te reunirás con el ritmo perfecto con el que funciona la creación. Imagina que tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que acaba de brotar: eres tan natural como esa planta, así que permítete estar en paz con la perfección del plan de la naturaleza.
10. Haz todo lo posible para evitar las deudas
Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad te alejará de la paz, que es el lugar donde te encuentras cuando estás en Espíritu. Si tienes que trabajar más para pagar deudas, disfrutarás menos de tu vida actual; en consecuencia, estarás más lejos de la paz y la alegría, que son los símbolos de la inspiración. Te sentirás mucho mejor y disfrutarás tu vida si tienes menos en vez de contraer deudas que no te darán paz y tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero que posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un sistema energético que no es real.
11. Olvídate del valor efectivo
Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja. Puedes llevar una vida feliz y satisfactoria, y si en este momento estás pensando que yo tengo el descaro de decirte esto porque tienes una situación financiera precaria, es porque tú mismo has levantado tu propia barrera de resistencia.
Deja de ponerle una etiqueta con precio a todo lo que tienes y haces: a fin de cuentas, en el mundo del Espíritu no hay etiquetas con precios. No hagas del dinero el centro de todo lo que tengas o hagas; más bien, descubre el valor inherente a todas las cosas: así simplificarás tu vida y regresarás al Espíritu. Un dólar no determina el valor, aunque vivas en un mundo que intenta convencerte de lo contrario.
12. Acuérdate de tu Espíritu
Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás encaminado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.
Wayne Dyer
"EL CODIGO DE SANACION EMOCIONAL" C.S.E.
DECLARACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE TEÓLOGOS Y TEÓLOGAS JUAN XXIII
LA CRISIS, DESASTRE HUMANO
La Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, sensible a los dramas humanos que está generando la crisis, queremos expresar nuestra solidaridad con los sectores más vulnerables de la sociedad que sufren en carne propia las consecuencias de una crisis de la que no son responsables y compartir las siguientes reflexiones.
1.Después de cuatro años hablando y lamentándonos de la crisis económica, creemos que hay un factor fundamental de este patético problema, que, a nuestro juicio, no se ha valorado aún debidamente en su justa dimensión y en sus consecuencias, y sin el cual la crisis no tendrá remedio. Dicho factor consiste en que la crisis ha sido provocada, no sólo por la economía, sino, como componente muy decisivo, por la corrupción. Los desastres que está causando han sido motivados por el dinero y el capital, pero también, y quizá en mayor medida, por la falta de ética y la desvergüenza de quienes han tenido la mayor responsabilidad en este desastre.
2. Con razón se ha dicho que las creencias sociales se diferencian de las ciencias exactas en que las convicciones afectan a la realidad. Nuestra realidad social y humana está tan deteriorada porque ha nacido de convicciones perversas. Sobre todo, la convicción de que lo que importa en la vida es el lucro y la ganancia, el disfrute y el derroche, sin reparar en los medios ilícitos con los que eso se ha conseguido por personas y grupos influyentes, concretamente en el tejido social de nuestro país.
3. La consecuencia inevitable de este estado de cosas ha sido el triunfo de poderes y de pautas de conducta que nos está llevando hacia un modelo de sociedad desigual en el que un reducido número de ciudadanos goza de unos ingresos económicos y de unos derechos de los que carece el resto de la población. Pensamos que en esto se concentra el problema más grave que se nos plantea ahora. Un problema del que muchos de los ciudadanos no acaban de tomar conciencia, ya que un sector importante de la población confía en que España, y los países que estamos pagando las peores consecuencias de la crisis, se recuperarán de este desastre y volverán recuperar el estado del bienestar del que han disfrutado durante las últimas décadas.
Así las cosas, creemos urgente que la ciudadanía tome conciencia de que estamos ante el final de un ciclo cultural, político y económico. Los poderes públicos están poniendo las bases de otro modelo de sociedad, que las personas mayores recuerdan con espanto: el viejo modelo en el que un grupo de familias poderosas gozaban de privilegios económicos, educativos, sanitarios y legales, que no estaban al alcance de la gran mayoría de los españoles y de las españolas.
4. Al afirmar esto, creemos que lo más grave y peligroso, que se nos viene encima, además del hecho doloroso de que el desempleo crezca y se prolongue durante años, es que nos están quitando nuestros derechos fundamentales, al tiempo que la cultura, la educación y la sanidad se están convirtiendo en poco tiempo en privilegios de los pocos afortunados que pretenden dominarnos a los demás.
5. No es ajena a esta situación la pésima gestión de muchos políticos y la corrupción de algunos de ellos, que está produciendo daños graves a la democracia y generando descrédito de la misma en mucha gente.
5. Valoramos positivamente las manifestaciones y actitudes solidarias de algunos obispos. Pero, al tomar conciencia de esta aterradora situación y de este proyecto opresor, que se nos oculta intencionadamente mediante mentiras incesantes, nos preocupa especialmente el silencio de un sector importante de la Iglesia jerárquica o la postura condescendiente con las injustas medidas gubernamentales ante un estado de cosas que entraña tanto dolor e inseguridad en los individuos y en las familias, y tanta desesperanza ante el futuro incierto y grave que se nos avecina. Creemos que los obispos, en España y en Europa, están cometiendo el mayor escándalo de los últimos tiempos. Las religiones, y concretamente la Iglesia católica en nuestro país, siguen teniendo un peso de autoridad moral importante, que puede ser decisivo en asuntos que afectan de forma tan directa a la conducta moral de los ciudadanos y a la felicidad o la infelicidad de quienes peor lo pasan en la vida.
Callarse o hacer declaraciones tibias en esta situación es el peor “pecado de omisión” que ahora mismo se puede cometer. Estamos ante un escándalo que clama al cielo. No se puede comprender cómo nuestros obispos protestan por las cuestiones que afectan a la moral sexual, tal como ellos la entienden y la proponen, o por la defensa de sus privilegios económicos y legales, al tiempo que se muestran insensibles ante el sufrimiento de tantas personas que se ven obligadas a cargar con el yugo más pesado que los empobrecidos tienen que soportar. En esto se juega el ser o no ser de la Iglesia. Porque una Iglesia, cuya jerarquía guarda silencio o se expresa con una ambigüedad pretendidamente neutral ante una situación tan extremadamente grave, no puede ser la Iglesia que quiso Jesús de Nazaret.
6. Ante esta actitud de la jerarquía católica, gran parte de opinión pública considera que la institución eclesiástica se ha integrado en el sistema económico-político que se nos ha impuesto es parte del sistema, lo justifica, lo legitima, lo defiende y lo protege. Por eso, nos preguntamos: ¿Cómo se puede predicar el Evangelio de Jesús de Nazaret en tales condiciones? La Iglesia necesita una renovación a fondo y una recuperación evangélica. Cuando, en estos días, recordamos la figura ejemplar del papa Juan XXIII y el cincuenta aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II, pedimos de forma apremiante:
- A los obispos, que las actitudes solidarias y las denuncias radicales contra los poderosos de nuestro tiempo se constituyan en criterio rector de nuestras vidas: la opción por los empobrecidos, la austeridad, la solidaridad con los marginados, la mesa compartida con quienes carecen del sustento diario, la compasión con los que sufren, la justicia y el trabajo por la paz, y que renuncien a los privilegios que les otorgan los Acuerdos de 1979m ya que les impiden impide optar por los sectores marginados.
- A las organizaciones cristianas de base, movimientos apostólicos obreros y algunas instituciones eclesiales de las diferentes tradiciones cristianas, que sigan trabajando solidariamente, como lo vienen haciendo, en favor de las víctimas de la crisis. Dichos colectivos cuentan con nuestro apoyo y nuestra colaboración.
-A los gobernantes de la Nación, de las Comunidades Autónomas y de los Municipios, que en el ejercicio del gobierno den ejemplo de honradez, respeto, tolerancia y defiendan la dignidad de las personas y la igualdad de derechos que establece nuestra Constitución, como los fundamentos básicos sobre los que se asiente la recuperación de nuestra sociedad.
* LUCETA SCARAFFIA: "El problema es la discriminación de la mujer en la Iglesia"
Lucetta Scaraffia: “El problema es la discriminación de la mujer en la Iglesia”
"MANJAR DE AMOR"
http://www.rtve.es/alacarta/videos/programa/version-espanola-manjar-amor/1361124/
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LA MUJER ENCORVADA
Escrito por Eloy Roy. Publicado por la revista Fe Adulta
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La mujer no podía enderezarse. Hacía dieciocho años, dieciocho siglos, milenios que andaba doblada, agachada, encerrada en sí misma, amarrada.
Era obra del mandinga, decía la gente, pues no era un secreto que las mujeres tenían inclinación hacia él. Pactaban con él para hacer cosas raras. Curaciones, por ejemplo, dar a luz, ver cosas...
Primero hemos tapado a las mujeres de pies a cabeza y las enclaustramos. Muchas fueron apedreadas porque se creía que eran pocas las que no tenían algo de putas. Imputarles los defectos y pecados de los hombres era lo común. Si un hombre violaba, estrangulaba, destrozaba, mataba, enseguida se decía: "busquen a la mujer"...
Luego las hemos quemado vivas. ¿Caía una desgracia sobre el pueblo? Era culpa de alguna bruja. Se lanzaba entonces una caza de brujas hasta dar con una. Si una mujer tenía demasiado cariño a algún gato, si salía a recoger hongos extraños por los bosques, si iba mucho a misa o iba demasiado poco, si tenía los ojos enrojecidos (¿cómo no, si las pasaba cocinando encima de las llamas del hogar? Pero no se pensaba así tan lejos...); si tenía una verruga o alguna mancha rara sobre el cuerpo, esa mujer, con toda seguridad, era bruja. Se la quemaba viva en la plaza del mercado. Muerto el perro, se acababa la rabia... No más granizo, no más gripe, no más incendios, no más males de dientes en el pueblo. Por un momento al menos. Todo el mundo estaba contento.
Durante dieciocho siglos, o milenios, a las mujeres se les ha obligado a vivir dobladas, replegadas sobre sí mismas, atadas. Se las sometía a tareas repugnantes y a trabajos muy duros. E incluso a la mutilación, como sucede en algunas culturas. O a la violación, a la esclavitud sexual y a los crímenes de honor, como sucede aún todos los días. Cientos de millones de mujeres no han podido nacer, o fueron matadas al nacer, por el único "error" de no ser varones. Porque no ser varón y ser mujer nomás, para muchos aún, es una tara, un accidente de la naturaleza o, en el mejor de los casos, un mal necesario.
Las mujeres tenían el derecho de ser sirvientas, juguetes, muñecas o trofeos del varón. Tenían el deber de hacer gozar al varón y darle descendientes, pero ellas mismas no debían gozar. Por cierto, los varones querían a las mujeres, pero en esas condiciones.
Ellas podían bordar y tocar piano, pero los grandes estudios les estaban prohibidos; no podían hacer cheques ni firmar contratos, ni votar. Para entrar en una iglesia debían envolverse en miles de trapos.
Puesto que esa era la triste suerte de las mujeres, no extraña el que, hasta hoy en día, el buen judío ortodoxo, al salir de la cama, haga esta oración a Dios, cada mañana: "Te doy gracias, Señor, por no haberme hecho mujer."
En nuestras sociedades menos tradicionales, las cosas han cambiado. Tras luchas épicas, llevadas sin armas y sin derramar una gota de sangre, las mujeres lograron por sí solas conquistar el reconocimiento de su dignidad y de sus derechos esenciales. Pero mucho camino queda aún por recorrer para que las mujeres de todas partes sobre el planeta sean felices de ser mujeres.
En América Latina, en donde se encuentra la mayor concentración de católicos del mundo, las mujeres llenan las iglesias. Sin ellas, la Iglesia se habría muerto. Pero allí, como en otras partes del mundo, la alta jerarquía ha decretado que, cuando la mujer fue creada por Dios, él la hizo irremediablemente incapaz de celebrar una pobre misa. Eso estaría inscrito para la eternidad en el genoma femenino...
Esta misma jerarquía está actualmente movilizando todas las fuerzas de la Iglesia para largar una "Nueva evangelización" a escala mundial. Pues bien, mal que les pese a estos señores, aquí va una Buena Noticia de parte de Jesús que no vendría mal que la inscriban para la eternidad en el genoma de la Iglesia:
Una mujer estaba allí. No pedía nada. Hacía dieciocho años que vivía doblada en dos, encerrada en sí misma, amarrada. "Estaba tan encorvada que no podía enderezarse de ninguna manera" Jesús la vio y se conmovió hasta las tripas. Extendió sobre ella su mano fraternal y le dijo: ¡"Mujer, quedas liberada! " Al instante la mujer se incorporó y quedó derecha como un árbol. (Lucas 13, 10-14).
La alta jerarquía arremetió enseguida contra Jesús por haber curado a alguien justo un día sábado. Aquello estaba terminantemente prohibido en virtud de la alta sacralidad de ese día.
Con los obsesionados de lo sagrado y guardianes de lo "inmutable" es siempre lo mismo: una mujer vale menos que un burra o una vaca (por favor, leer bien el texto), y todo lo que no está controlado por ellos es obra del diablo.
Irónicamente, fue por amarrarse a leyes o creencias "inmutables" como nuestra pobre Iglesia (que por otra parte hizo cosas muy buenas en su historia) logró convertirse a sí misma en una vieja mujer completamente encorvada. Esperemos que la Buena noticia de Jesús con relación a ese problema le dé ganas de enderezarse y ponerse de nuevo a crecer derecha como un árbol. Y que, al nombre de Jesús, en todas las iglesias del mundo y fuera de ellas, las mujeres de la Tierra gocen de la entera libertad de andar sin miedo y con la frente en alto. Y que puedan dar misas si a Dios le gusta.
Seguro que a Dios le ha de gustar puesto que a la mujer, al igual que el varón, él mismo la creó a "su imagen y semejanza" (Génesis 1, 26-27).
Eloy Roy
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